Acuerdo mundial anti-tabaco


Comenta: Dr. Pedro M. Politi (1)
Equipo Interdisciplinario de Oncología
Correo electrónico: cancerteam@fibertel.com.ar



        La Asamblea Mundial de Salud, una reunión de representantes de los 192 países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con la presencia de los respectivos ministros del área, acordó unánimemente firmar la Convención Internacional de Lucha contra el Tabaco el día 28 de mayo pasado.

        Esta iniciativa, comunicada en la página web de la OMS (www.who.int) y propalada por diversos medios de comunicación en nuestro país y en el exterior, toma medidas para reducir la oferta y la demanda de tabaco: impone a los Estados prohibir la venta de cigarrillos a menores de edad, y limitar drásticamente la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco.

        El documento también señala que tendrán que prohibirse las inscripciones como "suave" o light, que aluden a una menor proporción de nicotina o alquitrán, confundiendo al consumidor al inducirlo a creer que, con esas características, el hábito de fumar perjudica menos(2). Se incluyen, además, medidas para hacer cumplir la prohibición de fumar en lugares públicos y respetar espacios libres de humo en bares y restaurantes, para no perjudicar a quienes se resisten a aspirar pasivamente el humo. El acuerdo contiene normas expresas a favor de aumentar los impuestos específicos sobre el tabaco y sus productos derivados, y de promover el concepto de responsabilidad legal de los productores por los daños provocados por el cigarrillo. En base a este concepto ha habido juicios multimillonarios en los EEUU, y las compañías tabacaleras llegaron a un acuerdo extrajudicial con el gobierno norteamericano, habiéndose comprometido a pagar aproximadamente 145.000 millones de dólares para evitar sanciones mayores.

        El tabaco es una de las principales causas evitables de muerte y de enfermedades en el mundo, con casi cinco millones de muertes por año, cifra que según ha estimado la OMS podría aumentar hasta llegar a los 10 millones anuales en 2020. Por estas razones el acuerdo indica explícitamente que los Estados firmantes "reconocen que la evidencia científica establece inequívocamente que la exposición al humo de tabaco causa muertes, enfermedades y minusvalías".

        Desde hace varios años, la OMS ha incluido la recomendación de acciones para el control del tabaco como parte de los programas nacionales de cáncer. Es de notar que la Argentina carece de un plan nacional de cáncer - y en ese sentido - triste, si se lo mira bien -, la Argentina no está sola: también la provincia de Québec, en Canadá, carece de tal plan.

        El convenio marco anti-tabaco entrará en vigor a los tres meses después de que lo hayan ratificado por lo menos 40 países, pero cada Estado, deberá aprobar y adecuar el convenio a su propia legislación. Y es aquí donde los argentinos tenemos fundados temores. Quién podrá resistir el lobby de las tabacaleras? Los heroicos representantes de nuestro pueblo que merecieran el "que se vayan todos"?

        Se producen anualmente 5,2 billones de cigarrillos, y la principal compañía productora tiene un volumen de negocios anual de 51.000 millones de dólares.

        Según el Atlas del Tabaco de la OMS, la Argentina es el segundo de América Latina en cuanto a proporción de fumadores, con un 40,4 por ciento de la población en esa condición, sólo precedido por Venezuela, donde fuma el 40,5 por ciento. Por su parte, el estudio de Relevamiento de los Factores de Riesgo Coronario realizado por la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) reveló que, en promedio, se comienza a fumar a los 15 años, circunstancia por demás preocupante.




(1) Nota: la mayor parte de la información presentada en este artículo ha sido publicada en la edición electrónica del diario La Nación, de Buenos Aires, el 31 de mayo de 2003.

(2) Esta situación representa una hábil maniobra de la industria tabacalera, con la que supo tomar ventaja utilizando a los fines de la promoción un detalle técnico surgido de regulaciones gradualistas promulgadas en los EEUU, teóricamente orientadas a limitar la exposición a sólo algunos de los carcinógenos del humo del tabaco, tales como el alquitrán.



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