Seguimiento médico de pacientes tratadas por cáncer de mama
Primera parte.
Comenta: Dr. Pedro M. Politi. Oncólogo clínico, Equipo Interdisciplinario de Oncologia
e-mail: cancerteam@fibertel.com.ar
Se estima que en la Argentina viven entre 150 y 200 mil mujeres con antecedentes de cáncer de mama. Aproximadamente un 25-30 % de ellas - según cálculos rápidos - serían afiliadas al PAMI, el sistema que debería cubrir las necesidades de salud de los jubilados y pensionados argentinos. Teniendo en cuenta que - en promedio - la mayoría de las mujeres con cáncer de mama no mueren de esta enfermedad (echando por tierra el mito de "no hay nada que hacer"), el cuidado médico de estas pacientes representa un área importante.
Las mujeres con un antecedente de cáncer de mama (típicamente, tratado con una cirugía que extirpó el tumor y una parte o toda la mama, más los ganglios de la axila) que completaron su tratamiento (radiación sobre la mama, hormonas como el tamoxifeno, o en algunos casos, quimioterapia post-operatoria), necesitan controles periódicos. El objetivo de estos es múltiple (1):
- Asegurar que no ha habido recaídas, o si las hay, detectarlas tempranamente, de modo de intervenir a tiempo, generando una segunda oportunidad de curación.
- Preservar el estado de salud de la paciente, previniendo otras enfermedades comunes (ej. osteoporosis, cardiovasculares, otros tumores).
- Detectar y corregir posibles complicaciones alejadas de la terapia del cáncer de mama.
- Reforzar las recomendaciones sobre estilos de vida saludable, educar en las medidas de auto-evaluación apropiadas y en el óptimo uso de los recursos de salud.
Detección de recaídas
No todas las pacientes tienen en claro la necesidad de controles periódicos, a lo largo de la vida. Muchas menos han sido informadas que la idea no es "realizar todos los estudios posibles, para mayor tranquilidad", sino simplemente hacer lo correcto, lo que sirve y brinda una ventaja. Por ejemplo, si recordamos que una esfera de 1 cm de diámetro contiene aproximadamente mil millones de células, surge que podría haber depósitos microscópicos - con millones de células - que serían invisibles a la más avanzada tecnología disponible. Por otra parte, si la tecnología no es perfecta (y ciertamente no lo es), puede transformarse en una "máquina de enloquecer pacientes sanas" con la inquietud interminable de "el mes que viene me tocan los chequeos", seguida por "espero con ansiedad los resultados", "no me animo a abrir el sobre", y en ocasiones "abrí el sobre, no entiendo nada, y tengo mucho miedo". El abuso de la tecnología (la tendencia a realizar múltiples y complejos estudios, sean útiles o no, sólo porque están disponibles) se topa con una frase severa: "Todo me es lícito, pero no todo me conviene" (San Pablo).
Qué recomendaciones tienen aval científico internacional, para calificar como "chequeos" que deben realizarse periódicamente?
La Sociedad Americana de Oncología Clínica publicó una serie de recomendaciones, luego de una minuciosa revisión de la evidencia científica (2):
- Consulta médica, incluyendo examen físico, cada 3 a 6 meses por los 3 primeros años, luego cada 6-12 meses por otros 2 años, y luego anualmente.
- Autoexamen mamario - Realizado por la paciente, mensualmente, según técnica enseñada por el médico.
- Mamografía - Anual
- Examen pélvico ("tacto") - Anual
- Las medidas de evaluación o "rastreo" que correspondan a la población general, para prevención o detección precoz de otros tumores (ej. Papanicolau, etc). En las pacientes con un riesgo genético elevado, se realizarán estudios especiales.
Es interesante subrayar que estas medidas son simples y científicamente validadas.
En contraste, la Sociedad recomendó no realizar de rutina:
- Ni exámenes de laboratorio,
- ni "marcadores tumorales" como el CEA o el CA 15.3,
- ni centellogramas, tomografías, ecografías, ecografías transvaginales...
Cuál es el interés de estas recomendaciones?
Será económico? No es imposible, pero...
Qué ventaja habría para las pacientes si los estudios fueran poco precisos, generasen muchas "falsas alarmas", "dejasen pasar" o no fuesen capaces de detectar todas las recaídas y pudiesen dar...
- Una falsa sensación de seguridad - que retrasase otras medidas
- Una igualmente falsa sensación de peligro - que llevase a embarcarse en estudios invasivos (biopsias, cirugías) innecesarias y quizás riesgosas?.
El punto es: "hay que hacer lo que hay que hacer : lo que sirve - demostradamente".
Buenos Aires, agosto de 2001.
Referencias bibliográficas
- Burstein HJ, Winer EP. Primary care for survivors of breast cancer. N. Engl. J. Med. 343: 1086-1094; 2000.
- American Society of Clinical Oncology. Recommended breast cancer surveillance guidelines. J. Clin. Oncol. 15: 2149-56; 1997.