• Pequeñas muestras , que desde el punto de vista estadístico no parecen significativas resultan en cambio ejemplificadoras para interpretar la realidad.
• Los representantes del Banco Nacional de Drogas, no solo defendieron la autoría del esperpento objetado, sino que explicitaron que la filosofía que subyace a esta intentona es la de ahorrar, y decidir cuales tratamientos deben ser cubiertos por la Seguridad Social y cuales no. El primer paso estaba dado: establecer una falsa verdad como "La Verdad". De poco valió que se cuestionara la modalidad de presentar un ajuste económico, médicamente inaceptable como garantía de calidad. Rápidamente los funcionarios del Ministerio adscribieron a la teoría de que calidad y ahorro son lo mismo: "Todo no se puede pagar , hay que decidir lo mejor dentro de lo que se puede...".
• Este mismo grupo de profesionales que "sabe más y piensa mejor", ya tenía prearmada una subcomisión que según la lógica perversa del poder debía estar formada mayoritariamente por los mismos integrantes que redactaron las normas en discusión....¿Cúal discusión, si estamos todos de acuerdo, era lo único que faltaba decir?.
• Pero como la realidad siempre supera a la ficción, algunos participantes, entre ellos los representantes de la Sociedad Argentina de Cancerología, se apresuraron a aseverar que en realidad estábamos todos de acuerdo en un 75%, solo habría que pulir pequeños detalles.
• Si Usted se pregunta a esta altura que fue lo que llevó a la Asociación a cambiar abruptamente su postura, claramente diferente a la sostenida en las reuniones previas lo remitimos a reflexionar sobre el significado de ceder sobre una verdad en nombre del propio interés.
  
          Sin embargo, la tarde aún nos deparaba peores sorpresas. Fracciones enfrentadas cruzaron papelitos (¿ o eran servilletas?...) ante la vista azorada de todos, (incluyendo las ONG) . Capitadores y sobreprestadores ofrecieron un espectáculo dantesco y bochornoso , peleando una falsa batalla , cargada de veladas amenazas, cuyo único e indisimulable objetivo era defender las prebendas de las instituciones prestadoras a quienes en realidad representan.
          Quizás, concluido el vergonzoso episodio eramos pocos los dispuestos a tirar la primera piedra, a salvo de amenazantes secretos del pasado capaces de enturbiar el presente y sin nada para negociar a futuro.
  
  
• El establishment no deja nada librado al azar; el discurso totalitario, debe abarcar todas las áreas del pensamiento, y entonces hay que apoderarse también de la ética, y sobre todo de la comprensión del verdadero significado de lo que se dice. Nada de andar entendiendo lo que no está permitido.
• A tal efecto cuenta con expertos: uno de ellos auditor además, quien en toda oportunidad ( y cuando no la había también) nos mostró vehementemente como todo aquello que es disfuncional a la ideología de la ética confeccionada a medida para justificar cualquier acto desde el poder, debe ser sospechado de corrupto.
          El otro digno representante, devenido en profeta, nos explicó que se quiere decir cada vez que se dice algo. De nada serviría aclararle que todos hablamos castellano, el explica que no es ser antidemocrático dejar afuera a los pacientes, sino que es por su bien; que cuando se dice lo mejor en realidad se quiere decir lo posible; que cuando se dice no, en relidad se dice quizás, y así ad infinitum con este lamentable ejercicio de subestimación, que no esconde otra cosa que un lobo disfrazado de cordero.
  
• Todo vale, a la hora de diseñar estrategias para que, el ajuste pase. Después de todo la objeción no ha sido más que una desagradable sorpresa que ha venido a complicar los planes de quienes negocian a espaldas de la comunidad, con total impunidad, con cuantas muertes se pagará el próximo ahorro de dinero que como siempre quedará en el bolsillo de unos pocos.

Dra Susana B. Etchegoyen