GENOMA HUMANO: UN MOMENTO HISTÓRICO
IMPLICANCIAS PARA EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER
Pedro M. Politi
Oncólogo clínico, Equipo Interdisciplinario de Oncologia
Completar la secuencia del genoma humano (si bien faltan algunos retoques) es un logro científico extraordinario. Y nos ha tocado verlo. A mediados de este mes, dos grupos han comunicado separadamente sus resultados: el consorcio internacional de instituciones públicas de investigación, coordinado por el Dr. Francis Collins, de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), y el emprendimiento privado de la empresa Celera Genomics, de EEUU, dirigida por el Dr. Craig Venter. El proyecto público se había iniciado unos 10 años atrás, en tanto que el privado, que inició su tarea mucho más tarde, llegó simultáneamente a la meta, en base a la innovación técnica y a la creatividad de su director. Como reflejo de la competición entre ambos grupos, el consorcio publicó sus resultados en la revista Nature, y el equipo privado lo hizo en Science - ambas, entre las más prestigiosas en ciencias de la vida.
Como se indica en un editorial en Science, este logro es un comienzo. Señala el inicio de un nuevo enfoque de la Biología como ciencia. Es cierto que el camino que llevó a este punto en la historia va encaramado sobre descubrimientos, ideas y trabajos de muchos investigadores, digamos, desde Mendel a esta parte. Algunos han llamado a esta secuencia una nueva "piedra de Rosetta", o un "Libro de la Vida". Quizás… Pero examinemos con cuidado.
Ambas secuencias publicadas requieren algún refinamiento. Sin embargo, hasta el momento - y aún siendo cautos en la interpretación - hay revelaciones sorprendentes:
- el número de genes humanos, inicialmente estimado por expertos en el rango de 100 a 140 mil, sería de - meramente- 25 a 45 mil (recordemos, falta refinar detalles), algo así como el doble del número de genes de un gusano (C. elegans, cuyo genoma fue secuenciado en 1998) y solamente el triple (con suerte) del número de genes de la mosca de la fruta (D. melanogaster). Si esto se confirma, el narcisismo de la especie humana habrá sufrido un duro golpe. O bien, somos mucho más que nuestros genes, verdad?
- Solo un ínfimo porcentaje (entre 1 y 1.5%) del genoma humano parece codificar proteínas, y esto contradice dramáticamente las predicciones. Y el resto del ADN, qué hace? Casi la mitad de la secuencia genómica entra en la categoría que los científicos denominan "ADN basura". Aparentemente, los genes que se expresan están separados por vastos "desiertos" de ADN que no codifica proteínas. En otras palabras, sabemos mucho más, pero aún sabemos tan poco...
- Otra sorpresa es la gran variabilidad en la arquitectura de los cromosomas. Ciertos sectores, llamados SNPs (por single nucleotide polymorphysm) exhiben el cambio de un solo nucleótido de la cadena de ADN, variando de individuo a individuo. Por qué? Estos SNPs se acumulan en algunos sectores del genoma, más que en otros.
- Están los famosos "transposones" (fragmentos de ADN que no parecen servir ningún otro fin que replicarse a sí mismos, y "saltar" de un lugar a otro en los cromosomas). Estos transposones contienen unos pocos genes (necesarios para auto-replicarse). Algunos desaparecen del genoma humano con el tiempo, otros persisten. Qué rol juegan? Un pensamiento intrigante, para obsesivos: será que no tenemos control ni siquiera de nuestro propio genoma?
- La famosa hipótesis de una base genética para las diferencias raciales ha caído con mas estrépito que muchos muros de Berlín juntos. No se halló tal cosa. En otras palabras, no se encontró ninguna secuencia genética claramente asociada con una raza particular. Y ahora?
Implicancias para el tratamiento del cáncer
No hace falta un científico iluminado para visualizar las amplísimas perspectivas que abre este doble descubrimiento: la identificación de la secuencia de genes clave en el control del ciclo celular, apoptosis, migración y metástasis, neo-angiogénesis, etc, debería brindar miles - literalmente - de nuevos blancos terapéuticos. Y como los enfoques podrían centrarse en el gen, en el ARN, o en las proteínas, este número se multiplica rápidamente.
La expectativa es elevada: lograr terapias altamente selectivas; individualizadas (o individualizables), si fuese posible. No más "bombardeos no selectivos", sino "balas inteligentes". Sí, hemos escuchado este tipo de canciones anteriormente, y seguimos aquí, esperando. Pero nunca antes se había desplegado este escenario ante la humanidad.
Estará disponible? Estará disponible en el tiempo que nos queda por vivir?
Cuando esté disponible… estará de veras disponible (es decir, será economicamente accesible)? El mejor tratamiento no sirve para nada si nunca llega, si no logra ser administrado…
Abramos otro capítulo: el diagnóstico de probabilidad (riesgo) de contraer cáncer. Supongamos que en un cierto tiempo dispusiéramos de una herramienta tecnológica con razonable precisión para distinguir de entre la población, a quienes tienen un riesgo muy elevado, o moderadamente elevado, de cierto tipo de cáncer. Actualmente, hay herramientas relativamente toscas (por ej. la determinación de los genes BRCA-1 y 2). Aún alcanzando una cuasi-perfección, tendríamos problemas: confidencialidad de la información, posibilidad de uso de esa información con fines de discriminación laboral, o para negar cobertura de salud, u otros fines perversos. Y siempre, siempre el tema de la no-infalibilidad de los resultados, y - no menos importante - que el riesgo de cáncer de la población sin marcadores genéticos no es cero, absolutamente.
Será el uso inteligente de las nuevas herramientas, lo que nos hará progresar auténticamente… o no.
La carrera por los nuevos tratamientos comenzó hace tiempo. Ahora, solo se puso más interesante… Pero no sólo hay que "correr" en los laboratorios e instituciones de investigación. Hay que pensar cómo hacer que lo bueno esté al alcance de quienes lo necesitan. Hay que pensar…
Buenos Aires, febrero de 2001.
Referencias bibliográficas
- J.C. Venter, et al. The sequence of the human genome. Science 2001; 291: 1304.
- International Human Genome Sequencing Consortium. Nature 2001; 409: 860.
- B.R. Jasny, D. Kennedy. The human genome (editorial). Science 2001; 291: 1153.