La Argentina necesita un Plan Nacional de Cáncer...
y un Programa Nacional Integrado de Salud


Escribe: Dr. Pedro M. Politi.
Equipo Interdisciplinario de Oncología, Buenos Aires.
Correo electrónico: cancerteam@fibertel.com.ar



        Que la salud de los argentinos pasa por una de las peores épocas, es cosa sabida. Que el ministerio competente no ha podido levantar el estado de "emergencia sanitaria" vigente desde principios del año 2002 tampoco debería sorprender: focalizada en los medicamentos, y en agitar humo delante de los ojos de los argentinos, la política ministerial fue hacernos creer que los medicamentos que el propio ministerio nunca testeó para evaluar si eran intercambiables, súbitamente pasaban a ser "equivalentes" por la disposición de unos funcionarios. Nada de demostraciones molestas e irreverentes. Fuera con cualquier búsqueda de evidencia! En cambio, mucho mostrarse en foros organizados ad hoc, ante profesores complacientes y foros amigos, sumar celebridades, periodistas y autoproclamados expertos del mundo del gremialismo, del deporte y de la farándula. Pero hoy está claro: el emperador no tiene ropas. Y a diferencia del Presidente, no sólo no seleccionó un hospital público para su atención, sino que ante una urgencia quirúrgica, se hizo trasladar en avión desde Jujuy hasta Buenos Aires, para ser intervenido en un coqueto y exclusivo sanatorio de la "city" médica. Vaya declaración para quien dijo en televisión que "los hospitales públicos son de excelencia". Quizás, no de tanta excelencia como para atender a Su Excelencia?

        El tema que nos ocupa hoy es el crecimiento de la mortalidad por cáncer en nuestro país. Un vistazo a la tabla adjunta (https://cancerteam.tripod.com/mort_arg.xls), compilada en base a datos oficiales, publicados en revistas médicas en el país y en el extranjero, y en las propias publicaciones del ministerio, corrobora que en los últimos 25-30 años, mientras el mundo asistía a una revolución en las ciencias de la vida, y se iban develando misterios y desarrollando tratamientos novedosos - y se iba conociendo la importancia de la Medicina Preventiva - la mortalidad por cánceres comunes en la Argentina se elevaba: aproximadamente 30% de crecimiento en la mortalidad por cáncer de mama, y un impresionante 50% en la mortalidad por cáncer de próstata. Más vergonzosamente, las estadísticas revelaban que si por infortunio las muertes por "cáncer de útero no especificado" se debieran al altamente prevenible cáncer de cuello de útero (1), la mortalidad real por este cáncer evitable y altamente curable (tomado a tiempo) sería holgadamente superior a 10 por 100.000 por año, lo que nos colocaría en el triste privilegio de integrar el grupo más mortífero de la América Latina para esta enfermedad.

        Casi no pasa semana sin que se proclame en los medios algún revolucionario avance médico - y eso es bueno, en cierto modo. Pero se escamotea que ninguna nueva droga podría cumplir con las expectativas cifradas en ella, si no puede llegar a quienes más la necesitan, sea por su elevado costo, sea por las restricciones burocráticas a su empleo. Más aún, no hay droga nueva que logre suplir las crónicas y graves falencias de un sistema de salud en crisis. Cuánto tiempo para hacer la mamografía? Cuánto hasta que me autoricen la tomografía computada? Por qué no consigo turno sino hasta dentro de uno o dos meses? Cuántas semanas o meses hasta la operación? Y así, sucesivamente. Ante una enfermedad potencialmente letal, que no da tregua... meses de ventaja!

        Algo tiene que cambiar, y pronto. La Argentina necesita un Plan Nacional de Cáncer, y óptimamente, tal Plan debería formar parte de un Sistema Nacional Integrado de Salud. El preámbulo de la Constitución promete tantas cosas "para nosotros, para nuestros hijos, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino"! Qué hacermos? Cambiamos el Preámbulo, para que no nos moleste con su proclama incesante y generosa? Declaramos que "se acata, pero no se cumple", como cuando en el Virreinato se recibían órdenes reales muy curiosas desde España?

        La Argentina tiene un Programa Nacional de Cáncer, cuyo teléfono y sede figuran en las Páginas Amarillas de la guía telefónica de Buenos Aires. Pero el "programa" (Dios lo guarde!) se ocupa meramente de la compra y distribución de (algunos) medicamentos antineoplásicos a pacientes sin cobertura... casi absolutamente, pacientes de Capital Federal y del Gran Buenos Aires. Nacional? Dios lo oiga!
        Y en cuanto a otras actividades de este Programa: es el mismo que en el año 2001 avaló los bochornosos protocolos del entonces ministro Lombardo. Ahora podemos respirar tranquilos: alguien vela por nuestra salud! (para los no tan memoriosos, ver: https://cancerteam.tripod.com/poli030.html).

        Una correcta e inteligente política de equipamiento, modernización, capacitación profesional puede obtener logros importantes en pocos años. No todas las provincias tienen uno o dos centros de excelencia para el complejo e interdisciplinario esfuerzo requerido para vencer al cáncer. Esto es una prioridad. Y educación, educación, educación: del público, sobre los riesgos del tabaco (que exceden vastamente el riesgo de cáncer); de los actuales y futuros médicos, para que adquieran apropiada competencia en indicar y supervisar las terapias aprobadas y eficaces para dejar de fumar. No dejar pasar oportunidades para alentar "estilos de vida sanos" - prudencia en la exposición al sol, moderación en el consumo de alcohol, mantenimiento de un peso corporal adecuado y un correcto nivel de ejercicio físico, restricción en el consumo de alimentos grasos y cuya cocción los vuelve más cancerígenos, etc. La lista es larga, pero útil.

        Algunas "perlas": la ciudad de Bariloche, meca de turismo internacional, se honra de hospedar al INVAP, un emprendimiento de alta tecnología que produce reactores nucleares (y los exporta!) y bombas de cobalto. Pues bien, Bariloche carece de bomba de cobalto o similar. Los pacientes deben trasladarse a Cipoletti (a unos 400 km, si no recuerdo mal).

        La Prevención, en la Argentina, sólo sirve para engordar discursos de funcionarios y ministros. Si no, cómo se explica que los parches y otros medicamentos para dejar de fumar no tengan una gran subvención estatal, que haga que su precio al público sea mínimo o directamente cero (actualmente, superior a los 200 pesos por envase de parche de nicotina)?

        Por qué tenemos que aceptar esta situación? Será porque alguien piensa que "no vale la pena gastar en pacientes con cáncer, porque de todos modos van a vivir poco"?

        Argentinos (y argentinas)... a las cosas!


Buenos Aires, octubre de 2003.




  1. El cáncer de cuello de útero provee un "alerta" por varios años - mediante resultados anormales en el test de Papanicolaou, barato y útil - antes de alcanzar una etapa incurable. En otras palabras, que una mujer muera por cáncer de cuello de útero quiere decir, en la enorme mayoría de los casos, que no tuvo acceso a apropiado cuidado preventivo de la salud.