Protocolos Nacionales en oncología
Tumores sólidos del adulto





Introducción y marco de referencia:

        El tratamiento de los pacientes con cáncer tiene como objetivos terapéuticos primarios y deseables en todos los casos:



        Alcanzar consensos sobre expectativas y derechos de pacientes, responsabilidades de profesionales y financiadores, reguladores y especialistas expertos, debe asegurar el acceso a las opciones terapéuticas racionales (basadas en evidencia científica), en tiempo y forma.

        La medicina postula con sabiduría que "no hay enfermedades, sino enfermos".
        La clínica se ocupa de identificar y valorar la particularidades de cada caso para una correcta decisión diagnóstica y terapéutica.
        Esto, permite tomar decisiones metodológicamente regladas y dinámicas, que deben necesariamente ser revisadas según evidencia.

        El marco regulatorio actual del Programa Médico Obligatorio (PMO) establece que los tratamientos incluidos en los "Protocolos Nacionales Convencionales de Oncología", refrendados por un Programa creado ad hoc (PNGCAM) deberán ser cubiertos en su totalidad.

        En este contexto, la importancia del presente trabajo resulta obvia. Se incluyen los tratamientos referenciales sobre los que se dispone del mejor aval científico en cuanto a sus beneficios, costos racionales y toxicidad manejable, es decir con adecuada relación beneficio-riesgo, aunque no modificaren la sobrevida. Para ello se tuvo en cuenta las recomendaciones de las Instituciones formadoras de opinión a nivel internacional, como ser el PDQ, base de datos del Instituto Nacional del Cáncer de los EEUU, disponible en castellano en Internet, entre otros.

        Organizar un sistema mandatorio de cobertura nacional para la terapia del cáncer requiere tomar complejas decisiones sobre los tratamientos.
        La metodología utilizada en este documento involucró la revisión individual de los trabajos citados en la bibliografía.


Objetivo

        Garantizar el acceso y la calidad de atención a los pacientes portadores de cáncer proveyendo un instrumento regulatorio válido, fuertemente basado en la evidencia científica de la práctica clínica, para ordenar las prestaciones y tratamientos oncológicos.

        El objetivo de esta normativa es ofrecer una guía en la selección de terapias farmacológicas validadas por evidencia científica.
        La decisión terapéutica para un paciente individual es un acto médico que conlleva una importante responsabilidad profesional.
        La presente normativa ha sido diseñada para ser utilizada por médicos con apropiada formación en el manejo de pacientes oncológicos, y no pretende ofrecer una guía rápida para asignar tratamientos en forma no-profesional, fuera de la consulta especializada.
        El formato presenta las situaciones y dificultades reales encontradas por los expertos a la hora de formular una recomendación.


Principios

        Los países con mejores resultados sanitarios (Canadá, Reino Unido, Australia, Países Bajos y del Norte de Europa, Francia, Alemania, España, Italia y Estados Unidos) más allá de sus disímiles modelos de gestión y financiación de prestaciones de salud coinciden en promover una ordenada práctica de la Medicina con instrumentos normativos (guías, normatizaciones y protocolizaciones terapéuticas de modo de garantizar la calidad).
        Para exhibir coherencia con tal objetivo declarado, una normativa en estas condiciones debe ser:



Metodología empleada en la preparación de estas recomendaciones o "protocolos"

        Se entiende por "Protocolos" a las "Recomendaciones clínicas y terapéuticas en el campo de la Oncología Clínica" con definición de tratamientos sistémicos de utilidad científicamente demostrada.         A fin de confeccionar esta normativa, se ha tenido en cuenta las recomendaciones y trabajos referenciales de:

        Un análisis de la literatura científica, centrado especialmente en la evidencia de mayor fortaleza y calidad: ensayos clínicos controlados en forma aleatorizada con apropiado diseño, suficiente poder estadístico y adecuada relevancia clínica.

        El status de aprobación regulatoria (o no) en Europa y EEUU, a través de sus prestigiosas agencias (EMEA y FDA, respectivamente), particularmente en lo referente a aprobaciones recientes y cambios de status.

        Corresponde tomar en cuenta las decisiones fundadas de las más importantes instituciones de regulación sanitaria del mundo, que exigen mayor rigor para la aprobación de nuevos tratamientos en Oncología.
        Las drogas o biológicos candidatos para aprobación como terapia de primera línea o adyuvante deben demostrar prolongación significativa de la sobrevida, respecto del tratamiento estándar.

        La Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO) , en particular en lo referente a las recomendaciones de práctica clínica y sus publicaciones de actualización anual (Libro Educacional).

        El Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de los EEUU y su organización madre, los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), incluyendo la amplia documentación disponible en su página de Internet (CancerNet en Castellano), los documentos de las Conferencias de Consenso de NIH y la información sobre terapias convencionales y de investigación (PDQ) disponibles a través de Internet.

        La Red Nacional de Cáncer de los EEUU (National Comprehensive Cancer Network www.nccn.org)

        El Programa Nacional de Cáncer de Gran Bretaña

        La Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) , especialmente en lo referente a las Recomendaciones Clínicas Mínimas, organizadas por esta Sociedad, precisamente con el fin de uniformar "hacia arriba" la calidad de atención oncológica en el continente Europeo.

        La Coalición Nacional de Redes de Cáncer (NCCN), un grupo multi-origen que incluye a organizaciones prestadoras que financian la salud en EEUU.

        Las recomendaciones de la Escuela Europea de Oncología (ESO) y del Instituto Europeo de Oncología (EIO) a través de sus programas de difusión de "estado del arte" de la terapia oncológica (Programa START) y de su iniciativa Europa Donna.

        Los programas provinciales de Cáncer de Canadá (provincias de Ontario http://www.ccopebc.ca/inventory.html y British Columbia www.bcca.org.ca)

        La Organización Mundial de la Salud, en particular en lo referente a tratamiento del dolor. Esta, ha convocado a oncólogos y otros expertos de cinco continentes, a los fines de elaborar recomendaciones sobre prioridades en el uso de drogas antitumorales, empleando mecanismos en sintonía con los indicados arriba.

        La Organización Mundial Cabe incorporar las recomendaciones y lineamientos producidos por la Asociación Americana de Oncología Clínica (A.S.C.O.) efectuadas con la participación de paneles de revisión de la evidencia, las "Recomendaciones clínicas mínimas" publicadas por un grupo multinacional de expertos de la Sociedad Europea de Oncología Médica (E.S.M.O.), los programas START de revisión de evidencia del Instituto Europeo de Oncología, y las recomendaciones de las Reuniones de Consenso de los Institutos Nacionales de la Salud de los EEUU.

        Se optó por presentar la evidencia de la forma más amplia posible, de modo de justificar lo finalmente recomendado.


Criterio clínico del oncólogo en la selección de tratamientos

        Desde la óptica de la calidad de vida del paciente y del uso racional de recursos, nadie debe recibir un tratamiento que resulta ineficaz o inconveniente de acuerdo a la evidencia disponible desde la perspectiva de balance beneficio-riesgo de la intervención.


ENFOQUE DE LA ATENCION ONCOLOGICA

        Centrar el enfoque en la provisión y administración de medicamentos, representa una visión muy limitada de una especialidad de la Medicina que involucra aspectos de prevención, diagnóstico, estadificación, tratamiento, rehabilitación, educación, etc. Llamativamente, la mayor parte de las erogaciones necesarias para el manejo de los pacientes oncológicos provienen de otras áreas (imágenes, internaciones, cirugías, radiaciones), no del costo de los medicamentos.

        La presente normativa no se centra en la mera indicación, provisión y administración de medicamentos, sino que busca incorporar un criterio médico-sanitario en la decisión terapéutica, así como un enfoque centrado en el paciente y basado en la evidencia científica.



De este modo, respetaríamos otro de los principios básicos de aplicación en bioética, que es el de justicia. Los comportamientos ineficientes en la toma de decisiones y/o la imprevisión en la afectación de recursos, estarán privando a otros pacientes de acceder a prestaciones necesarias. La seguridad social y el sistema público representan el modelo de asignación solidaria de recursos donde la justicia y la equidad devienen en su función primordial. Los países centrales con mayor desarrollo sanitario, han construido modelos de seguro solidario en defensa de este principio.

→ Relación beneficio-costo

La identificación adecuada de los costos de una intervención terapéutica implica analizar:

  1. costos directos: son los relacionados con la prestación del servicio y se clasifican en sanitarios y no sanitarios, los primeros están relacionados con el medicamento, la asistencia, las pruebas diagnósticas, eventual hospitalización, tratamiento de los efectos adversos, honorarios profesionales, etc. Los costos no sanitarios incluyen traslado a la consulta, atención domiciliaria, servicios sociales, fisioterapia, rehabilitación, etc. Ambos a su vez tienen costos fijos independientemente del volumen de actividad y variables que dependen de dicho volumen (ej. número de consultas)

  2. costos indirectos: son los relacionados con cambios en la capacidad productiva del individuo y fundamentalmente la pérdida de días de trabajo y sus consecuencias.

  3. costos intangibles: son los costos relacionados con el padecimiento del paciente, por ejemplo el dolor de una determinada afección.



→ Beneficio ¿Cómo se mide?

A continuación se describen algunos ejemplos de la unidad de medida por una intervención terapéutica en el campo de la Oncología Clínica: vidas salvadas, años (meses) de vida ganados, días de dolor evitados, días de hospitalización evitados, complicaciones resueltas o evitadas, número de complicaciones prevenidas, casos correctamente diagnosticados y tratados, tiempo transcurrido sin síntomas, período libre de enfermedad y años de vida ajustados por calidad.
Una vez expresada la medida de los costos y los efectos, corresponde analizar que tipos de evaluaciones económicas resultan más adecuadas realizar.
Teniendo en cuenta que los costos siempre se miden en unidades monetarias, la distinta forma de medir los efectos que produce un fármaco determinará el análisis a emplear. Dicho de otro modo, el efecto producido por la intervención y los beneficios obtenidos determinan el tipo de análisis farmacoeconómico, que en la siguiente tabla se expresan:

 

Tipo de análisis

Medida de los costos

Medida de los efectos

Costo-beneficio

Unidades monetarias

Unidades monetarias

Costo-efectividad

Unidades monetarias

Unidades clínicas de medida (años de vida  ganados, dism.de la morbi-mort.)

Costo-utilidad

Unidades monetarias

Cantidad y calidad de vida (años de vida ajustados por calidad)

Minimización de costos

Unidades monetarias

Efectos equivalentes

 



La toma de decisiones discurre por todos estos tipos de análisis. La estrategia más simple está representada por la minimización de costos, este tipo de análisis requiere dos opciones posibles con igual beneficio-riesgo: esquemas de con eficacia clinica y toxicidad comparadas vs. Costos directos e indirectos (según la definición).
En este caso las unidades monetarias de cada opción sustentan la decisión. El único riesgo de esta evaluación es considerar como equivalentes dos opciones cuando en realidad no lo son.
El algoritmo lógico en la toma de decisiones en función de los conceptos enunciados supone que nos encontramos con posibilidad de proceder del siguinete modo cuando tenemos dos alternativas posibles:

Opción ideal: mayor efectividad al menor costo
Opciónes inaceptables: menor efectividad al menor costo y menor efectividad al mayor costo
Opción aceptable cuando el beneficio extra compensa el costo adicional: mayor efectividad al mayor costo

¿Cómo proceder cuando hay una única opción independientemente de su costo?

Depende de la evidencia disponible sobre los beneficios esperables.

Cuando dicha evidencia se encuentra en fases preliminares de la investigación clínica (I y II), no corresponde a la seguridad social y al sistema público la financiación de dichos tratamientos.

Sólo es dable esperar beneficios con riesgos aceptables cuando el performance status lo permite (el estado clínico actual que presenta el paciente permite la administración del fármaco sin agravar aún más su calidad de vida)

→ Efectos Equivalentes: los estudios experimentales destinados a definir la eficacia clinica (ECC) no comparan (por diversas razones) la mejores opciones disponibles de tratamiento, lo que representa siempre un problema a la hora de tomar decisiones clinicas y de administración de recursos.
La búsqueda de efectos equivalentes entre las distintas opciones definidos como esquemas de tratamiento "equiefectivos" en la presente obra surge de:

  1. la valoración de IGUAL eficacia clínica comparada en las situaciones donde los ECC incluyeron ambas opciones y
  2. la valoracíon de eficacia clínica SIMILAR o COMPARABLE cuando un metanálisis o la simple evaluación de los beneficios observados en ECC para las distintas opciones no muestran diferencias significativas.

La inclusión de estos fármacos en base a sistemáticas internacionalmente validadas, representa la atención a una parte fundamental de la tarea oncológica.