Terapia de reemplazo hormonal

Escriben: Dra. Susana B. Etchegoyen y Dr. Pedro M. Politi
Equipo Interdisciplinario de Oncología




        En principio, la terapia de reemplazo hormonal (estrógenos solos o combinados con derivados de progesterona) en mujeres que hayan llegado a la menopausia, parecía tener una base racional muy firme: suplementar aquello que faltaba. Durante años, la medicina computó una serie de beneficios a favor de esta terapia de reemplazo hormonal: se esperaba …


        Todo lucía como si administrada la o las hormonas, sobrevendrían muchas ventajas. Casi como si la menopausia fuese una enfermedad cuya prevención y tratamiento estuviesen (finalmente) al alcance de la mano.
        Los efectos adversos previsibles incluían:


        Hasta unos meses atrás, la recomendación estándar de las sociedades de expertos en el tema urgía a los médicos a presentar un completo balance de riesgos y beneficios ante la paciente, y tomar en forma consensuada una decisión - siempre individualizada - en base a la presencia o no de síntomas, el riesgo de complicaciones, etc. Debido a la controversia existente, se alentaba a los médicos a reevaluar anualmente la necesidad o no de continuar este tipo de terapia.

        En los últimos meses se publicó una amplia investigación en la revista de la Asociación Médica Norteamericana (J.A.M.A., marzo 17 de 2002), y los datos inclinaron aún más la balanza. En resumen:


Qué pasó?

        Esta extensa investigación mostró que los beneficios esperados en el área cardiovascular no sólo no se materializaban, sino que en los primeros años de tratamiento con terapia de reemplazo hormonal había un aumento en las complicaciones cardiovasculares (especialmente trombosis, embolias, falla cardiaca y eventos coronarios). En realidad, en base a estudios previos, la comunidad médica hubiese esperado hallar una disminución en varias de tales complicaciones. No era que la terapia hormonal mejoraría el perfil lipídico? (colesterol, principalmente el "malo" o colesterol LDL). No fue así.


Qué se debe hacer?

        Ante todo, quienes actualmente estén recibiendo alguna forma de terapia hormonal no deben suspender unilateralmente el tratamiento, sino que deben hablar con su médico. La suspensión del tratamiento debe decidirse de conjunto entre el médico y la paciente, y debe ser supervisada. La información comentada se refiere a terapia hormonal utilizada por vía oral. No hay información suficiente para efectuar una recomendación general sobre otras formas de terapia de reemplazo hormonal (ej, parches), si bien hay generalizada sospecha. Pero es mejor manejarse con datos corroborados - los cuales están siendo recopilados y analizados en diversos países. Se esperan novedades en los próximos meses.


Qué puede recomendarse a las pacientes con antecendentes personales o familiares de cáncer de mama?

        El uso o no de terapia de reemplazo hormonal en pacientes con historia personal o familiar de cáncer de mama es un tema muy controvertido - garantizado para atraer audiencia en cualquier congreso de especialistas. Es probable que la publicación de los datos del J.A.M.A. haga oscilar el péndulo hacia un uso mucho más restrictivo de la terapia de reemplazo.


Y ahora?

        Hay un espectro de medidas destinadas a prevenir o tratar algunas de las complicaciones molestas o riesgosas de la menopausia: medicamentos para la osteoporosis (no-hormonales y hormonales), terapias para las oleadas de calor y la sequedad vaginal, y por supuesto, medicamentos específicos para regular el colesterol y la presión arterial. Pero cada uno requiere un enfoque individualizado. "Cada persona es un mundo". Lleve "su mundo" a la consulta con su médico de confianza, ponga en la balanza los pro y los contra, y escuche la recomendación de quien la conoce.


Buenos Aires, agosto de 2002.