"Los desconocidos de siempre"
Informe sobre la reunión en el ministerio de salud - día 10/10/2001: normas de tratamiento oncológico del PMO (resolución 435/01).
Esta reunión contó con significativas presencias y no menos notables ausencias: participaron asociaciones de pacientes (Sostén y Apostar a la Vida) - la primera, en representación del Foro de la Seguridad Social -, oncólogos de Córdoba y Neuquén, representantes del Instituto Roffo, de la Asociación Argentina de Oncología Clínica, la Sociedad Argentina de Cancerología, del Servicio de Oncología Eva Perón, de la ANMAT, de la Asociación Argentina de Terapia Radiante Oncológica, y del Equipo Interdisciplinario de Oncologia. Por el ministerio, estuvo presente la Dra. Smulevici. No se contó con la presencia del representante del Banco Nacional de Drogas Oncológicas (que según propia declaración anterior, redactó el desactualizado y erróneo texto publicado en el Boletín Oficial) y sobre el final de la reunión se hizo presente un representante de grupos médicos que trabajan por la modalidad de capitación.
El objetivo previamente acordado para esta reunión era avanzar en el tratamiento técnico de los temas (revisión y correcciones fundadas de las normas que el autotitulado "programa de garantía de la calidad" había avalado y publicado como norma en el Boletín Oficial - resolución 435/01). Sin embargo, desde el inicio quedo claro que había temas pendientes:
- Se supo que el ministro aún no había firmado la resolución en que se reconoce que - como indica el propio articulado de la res. 435/01 - la norma ha sido objetada y se halla, por tanto, en revisión, de modo que no ha entrado aún en vigencia. Este punto es importante, ya que el único documento disponible es el erróneo y lamentable texto publicado en el Boletín Oficial. Se hizo presente (una vez más) a la funcionaria del ministerio que este documento está siendo utilizado para denegar la cobertura de tratamientos oncológicos, y que la negativa del ministro a comunicar que el texto se halla en revisión colabora con estas prácticas reprobables.
- Se inquirió por los motivos que habían llevado al rechazo de otra nota, también dirigida al ministro y firmada por gran parte de los asistentes a una reunión previa sobre el mismo tema (18/9/2001), en que se requerían precisiones sobre el objetivo y alcance de la resolución 435/01: si se trata de una serie de "tratamientos clase económica" que representan lo que el estado - y las obras sociales y prepagas que participan del sistema del PMO - están dispuestos a pagar, independientemente de lo que opinen los expertos, o bien si debieran ser (como pomposamente se declara en los considerandos de la misma resolución) la "garantía de la calidad de la atención médica". La nota fue rechazada por un motivo baladí: no habíe en ella una dirección postal a la cual responder ( inaceptable, ya que quienes la firmamos tenemos registradas nuestras direcciones, correos electrónicos y teléfonos con la misma funcionaria, y nos reunimos con ella entre 2 y 4 veces al mes!). Seremos los oncólogos y pacientes "los desconocidos de siempre" para el ministerio?
Una cosa lleva a la otra: en la conversación con la Dra Smulevici, los oncólogos y representantes de pacientes reiteraron preguntas sobre cómo se había llegado a la publicación de la resol. 435/01:
- Cómo era posible que el autodenominado "programa de garantía de la calidad" hubiese avalado un documento con tan graves errores médicos? Cuál era la responsabilidad profesional de los funcionarios participantes?
- Qué mecanismos utiliza el "programa" para generar normas? Por qué no emplea sistemas y procedimientos validados en el Primer Mundo?
- Cómo es posible que el "programa" ignorase que se estaba dejando de lado a las asociaciones de oncólogos, a las Facultades de Medicina, y a las asociaciones de pacientes - y sin embargo, se permite publicar un texto cuyos considerandos pomposamente declaran haber consultado "a todos los actores" e interesados? La Dra. Smulevici reconoció que el "programa" había dado su aval a un "material enlatado y precocido" que se le hizo llegar desde el Banco Nacional de Drogas ( ni falta que hace aclarar: en el marco de un poderoso lobby de las empresas que funcionan por capitación, las obras sociales y otros prestadores).
En otras palabras:
- ES MUY CUESTIONABLE LA "CALIDAD" DEL PROGRAMA DE GARANTIA DE LA CALIDAD.
- ESE PROGRAMA NO SIGUE NINGUN SISTEMA DE PROCEDIMIENTOS INTERNACIONALMENTE VALIDADO PARA PREPARAR NORMATIVAS NACIONALES.
Las quejas arreciaron, y la funcionaria lamentó: "esto es lo que sucede cuando se tienen gentilezas con la gente". Gentilezas? Dádivas? Caridad? Los asistentes a la reunión nos consideramos ciudadanos, con los derechos y deberes que fija la Constitución Nacional. Los funcionarios (y del mismo modo, todos) tienen (tenemos) el deber de cumplir con nuestras obligaciones. Cuáles serían - por caso - las del "programa de la calidad"?
En este marco de desconfianza, quedó claro que el ministerio continuaba enfrentando a médicos y pacientes con la política del "hecho consumado":
- publicó normas en el Boletín Oficial en forma inconsulta - clamando en los considerandos de la medida, que lo había obtenido por amplio consenso
- se rehúsa a reconocer que están objetadas y que no pueden entrar en vigencia,
- tardíamente reconoce que ha publicado un "enlatado", a la medida de un sector con poderosos intereses económicos en el tema).
En resumen: que pase el tiempo, que se siga denegando tratamientos, que los terceros pagadores sigan "ahorrando", y que los pacientes intenten (como puedan, y con las fuerzas y recursos que tengan) apelar o interponer recursos de amparo. Que vengan! Total, lo único que hay en el Boletín Oficial confunde las cosas, y hasta que le expliquen al juez que ese texto no está en vigencia... El tiempo corre cuando uno está gravemente enfermo.
Ante este escenario, qué deberían haber hecho los asistentes a la reunión?
- Opción A: "rapidito, rapidito" - para usar las mismísimas palabras de la funcionaria ministerial - ponerse a redactar una norma alternativa, entregarla a esa misma funcionaria, y cruzar los dedos, esperando que "la verdad prevalezca, al final".
- Opción B: hacer valer sus derechos ciudadanos, denunciar la maniobra y no colaborar con un "programa" que utiliza las tácticas descriptas?
Se optó por lo segundo.
- Se entregó a la funcionaria una copia del mecanismo utilizado por la Seguridad Social inglesa para generar normas de atención médica, y se requirió que se siguiesen pautas similares.
- Se suspendió el trabajo en todas las subcomisiones (medicamentos oncológicos, normas nacionales de diagnóstico y tratamiento, y acreditación de instituciones y personal), a la espera de una respuesta ministerial.
- Se solicita una entrevista con el ministro de salud para aclarar estos puntos.
Por qué no estuvieron presentes los propulsores de la resolución 435/01, si en esta reunión se haría un análisis punto por punto de los tratamientos objetados?
Hay muchas interpretaciones posibles. Personalmente, creo que este grupo percibe que no es en la mesa de trabajo técnico con los expertos donde "se corta el bacalao", y que piensan llevar adelante el tema en otro nivel, probablemente político.
Qué enseñanza deja esta primera parte?
- Que se trata de una larga disputa
- Que posiblemente los niveles políticos del ministerio abandonen ahora todo intento de parecer "negociadores" ("No more Mr. Nice Guy").
- Que el "programa" quedó expuesto ante médicos y pacientes con todas sus lamentables limitaciones.
- Que en este marco institucional no es posible un funcionamiento correcto y profesional del "programa nacional de garantía de la calidad". (Quizás debería ser reorganizado y colocado bajo el área de incumbencia de un organismo con alta concentración de profesionales expertos en la materia).
- Que pronto tendremos novedades. Quieren apostar?
Dr. Pedro M. Politi
Oncólogo clínico, Equipo Interdisciplinario de Oncologia