El fallido intento de prevención del cáncer de pulmón con beta-caroteno y otros antioxidantes.

Ciencia o pseudo-ciencia? Qué pasó?


Comenta: Dr. Pedro M. Politi. Oncólogo clínico, Equipo Interdisciplinario de Oncologia
e-mail: cancerteam@fibertel.com.ar




        No es frecuente que una carta a los editores de una prestigiosa revista médica brinde una explicación clara y bien documentada de los motivos por los que un ambicioso plan de investigación clínica fracasó. Por eso, considero una perla digna de difusión la correspondencia enviada por Paolini y colaboradores (de las Universidades de Bologna, Italia, y de Texas (1). El tema: por qué fracasaron los diversos ensayos clínicos en que se buscó disminuir la incidencia de cáncer de pulmón en individuos fumadores o expuestos a otros agentes carcinogénicos como el asbesto. En tres de estos estudios (analizados en esta misma página por la Enfermera Judith Smith, y la Dra. Eva Szabo, destacada investigadora del Instituto Nacional del Cáncer de los EEUU), con 18.000 a 39.000 pacientes cada uno, el beta caroteno fue ineficaz como agente de prevención del cáncer de pulmón (se emplea la expresión quimioprevención, indicando el uso de un fármaco). Pero eso no es todo: en dos de esos tres extensos estudios (conocidos por sus siglas: CARET y ATBC), el consumo de beta-caroteno incrementó sustancialmente el riesgo de contraer cáncer de pulmón (18% en promedio), y particularmente en el caso de los fumadores de 40 o más cigarrillos diarios, este aumento del riesgo fue del 42%.

        Lamentablemente, este efecto carcinogénico del beta-caroteno se tradujo en un aumento de la mortalidad por cáncer de pulmón, precisamente en quienes recibían un producto con la expectativa de "salvarse"! Esto sucedió tanto en aquellos que recibían beta-caroteno solo como en los que ingerían además vitamina A o E. Cómo pudo acontecer algo así? En esta situación, "salió el tiro por la culata". Por qué?

        Algunos críticos indicaron que el beta-caroteno, considerado como un "antioxidante" - alabado sin límites por la "prensa científica" de los medios masivos de comunicación y por algunos profesionales médicos - podría convertirse metabólicamente en una sustancia "pro-oxidante", una vez ingresado al organismo humano. Otra vez, los extremos se tocan. Parece que - por el momento - no es factible ingerir una pastilla para no sufrir las consecuencias esperables de un estilo de vida en que es rutinaria la exposición a tóxicos como el humo del tabaco.

        Estas dificultades y frustraciones de la búsqueda científica con miras a prevenir el cáncer de pulmón fueron honestamente expuestas por el Dr. Omenn, uno de los investigadores principales de estos estudios (2,3). Sin embargo, la promoción masiva de antioxidantes conteniendo beta-caroteno generó una fiebre de consumo - en contra de la evidencia científica incontrastable, publicada en revistas médicas de primera línea entre 1994 y 1996. Una especie de "Patria Pastillera", para repetir la expresión acuñada por la Lic. Diana Braceras (4) hace unos años.

        Por lo tanto, y repitiendo el reclamo del Dr. Omenn, si estos ensayos clínicos muestran algo, es la importancia de desarrollar una sólida base científica, con extensos estudios in vitro (en tubos de ensayo, en cultivo de tejido, en sistemas subcelulares) e in vivo (en animales de experimentación) para guiar apropiadamente el uso de agentes para la quimioprevención del cáncer de pulmón (y de otros tumores).

        En este punto es donde la contribución de Paolini y colaboradores tiene su rol: en un modelo en ratones, estos investigadores hallaron que la suplementación con beta-caroteno aumentó marcadamente la producción de enzimas bioactivadoras de carcinógenos en los pulmones (pertenecientes al sistema de citocromos P450) (5). Adicionalmente, este grupo de investigadores halló que este aumento en la producción de enzimas bioactivadoras se asoció con la generación de stress oxidativo : el anti-oxidante resulta ser pro-oxidante (6).

        Hablando claro: el beta-caroteno tiene propiedades co-carcinogénicas (6) - tal es la expresión utilizada por Paolini y colaboradores (1). El beta-caroteno podría actuar potenciando los efectos de otros carcinógenos presentes en el humo del tabaco.
        La triste historia del beta-caroteno - en lo referido a la quimioprevención del cáncer de pulmón- muestra cuán errada y peligrosa puede ser la actitud de centrar la prevención del cáncer en la administración de uno o varios agentes químicos.


REFERENCIAS

  1. Paolini M et al. Chemoprevention or Antichemo- prevention? A Salutary Warning From the beta-Carotene Experience. J. National Cancer Inst. 2001; 93: 14:1101.

  2. Omenn GS, Goodman GE, Thornquist MD, Balmes J, Cullen MR, Glass A, et al. Effects of a combination of beta carotene and vitamin A on lung cancer and cardiovascular disease. N Engl J Med 1996;334:1150-5.

  3. Omenn GS. Chemoprevention of lung cancer is proving difficult and frustrating, requiring new approaches. J Natl Cancer Inst 2000;92:959-60.

  4. Braceras D. Presentación en las en Jornadas del Colegio de Psicólogos de Córdoba. Córdoba, 1988.

  5. Perocco P, Paolini M, Mazzullo M, Biagi GL, Cantelli-Forti G. beta-Carotene as enhancer of cell transforming activity of powerful carcinogens and cigarette-smoke condensate on BALB/c 3T3 cells in vitro. Mutat Res 1999;440:83-90.

  6. Paolini M, Cantelli-Forti G, Perocco P, Pedulli GF, Abdel-Rahman SZ, Legator MS. Co-carcinogenic effect of beta-carotene. Nature 1999;398:760-1.