Prevención del cáncer de la boca (cavidad oral)

Escribe: Dr. Pedro M. Politi. Oncólogo clínico, Equipo Interdisciplinario de Oncologia
e-mail: cancerteam@fibertel.com.ar

        El cáncer de la boca es un tumor maligno frecuente, dentro de un grupo que comprende la región de las cavidades de la cabeza y del cuello y de las glándulas salivares (los oncólogos los llamamos "tumores de cabeza y cuello", pero se excluyen los tumores del tejido cerebral y otros). Se estima que el número de casos nuevos de cáncer de la boca en todo el mundo excede los 300.000 por año. Las estadísticas de sobrevida en esta enfermedad no se han modificado mucho en las últimas dos décadas. De estas consideraciones surge la necesidad de mejorar las estrategias de prevención, así como los tratamientos de la etapa pre-maligna, conocida con el nombre de leucoplaquia ("placa blanca").

        La leucoplaquia no es cáncer per se. Es una lesión que indica un riesgo aumentado de desarrollar cáncer en algún lugar de la boca - no necesariamente en la placa blanca. Un serio problema es la falta de indicadores precisos del riesgo de transformación maligna de la placa.

        Un trabajo reciente, publicado por un grupo de investigadores noruegos en una prestigiosa revista médica norteamericana (1) mostró que tomando una biopsia de la placa (una intervención sencilla), es posible procesar el material y analizar el contenido de ADN (la molécula compleja que contiene el código genético celular) en la placa. Las placas con elevado contenido de ADN tienen un riesgo elevado de transformación maligna (84%), en tanto que las placas con contenido normal de ADN sólo desarrollaron cáncer en 3% de los casos. Por fin un elemento de predicción que tiene varias ventajas:
        Como todo conocimiento nuevo, es deseable que otros grupos confirmen estos resultados (esta es una característica fundamental del conocimiento científico: a diferencia de lo mágico, lo científico requiere que los hallazgos sean reproducibles, verificables en forma independiente por otro experto correctamente equipado).

        Cuál sería entonces el panorama, si estos resultados se confirman? La opinión de dos expertos mundialmente reconocidos en el tema fue expuesta en un comentario editorial, publicado en la misma revista médica (2):

        Ante la apareción de una lesión del tipo "placa blanca", sería posible tomar una biopsia, para corroborar el diagnóstico, y realizar además el estudio del ADN (llamado también estudio de ploidía, es decir, del número de copias de ADN que contienen las células - las células normales contienen dos juegos, y se las llama diploides).

        Las lesiones de bajo riesgo (que suelen representar el 70% de las placas) sólo requerirían control, ya que su probabilidad de progresar a cáncer sería de 3% en 8 años.

        Las lesiones de riesgo intermedio y elevado (que representaron 13 y 17% de las lesiones, respectivamente, en el estudio citado) tienen 60 y 84% de probabilidades de transformación maligna en 8 años, respectivamente. Estas lesiones deben ser extirpadas completamente - controlando además que los márgenes pasen por tejido sano - y los pacientes deben ser seguidos con controles frecuentes luego de la cirugía. Adicionalmente, estos pacientes podrían beneficiarse con el uso de tratamientos preventivos.

        Es cierto que los tratamientos preventivos se hallan en etapa de investigación. Sin embargo, poder definir quiénes son los pacientes con alto riesgo de desarrollar cáncer permitirá focalizar los esfuerzos en esos individuos. Hay varios productos, candidatos a ser estudiados como preventivos de la progresión maligna.

        Los próximos años serán sin duda muy interesantes y prolíficos en lo que respecta a prevención del cáncer de la boca.


Referencia bibliográfica

  1. Sudbo J, y col. DNA content as a prognostic marker in patients with oral leukoplakia. N. Engl. J. Med. 344: 1270-1278, 2001.
  2. Lippman SM, Hong WK. Molecular markers of the risk of oral cancer. N. Engl. J. Med. 344: 1323-1325, 2001.

Mayo de 2001