Segunda opinión en Oncología

Dr. Pedro M. Politi



        Es frecuente sentirse perdido ante un problema serio que afecta nuestra salud. Uno no comprende exactamente de qué se trata (a veces, uno se hace la película, y sufre por escenarios que no corresponden en absoluto a su situación real), en ocasiones no se siente seguro del plan de diagnóstico y tratamiento que se le propone, y tiene esa opresiva sensación de verse desprovisto de opciones.

        La segunda opinión no es una novedad en Medicina. Frecuentemente, los médicos solicitamos la opinión de un colega cuyo profesionalismo respetamos – particularmente si se plantean dificultades en el diagnóstico o en la terapéutica. Este acto suele tomar la forma de una consulta entre colegas. Por qué no podrían los propios pacientes requerir una consulta.

        Es importante identificar qué se espera de una segunda opinión:

        Algunos pacientes temen que el médico que efectuó la primera consulta se sienta menospreciado o herido en sus sentimientos, por el hecho de solicitar o siquiera sugerir una segunda opinión. En realidad, debería suceder todo lo contrario: contar con una visión independiente que corrobora (o bien, constructivamente sugiere) formas de lograr un excelente resultado no podría irritar a un profesional bien intencionado, orientado a obtener lo mejor para su paciente.

        Dónde surgen los problemas con una segunda opinión?

        En las situaciones antes mencionadas, el paciente tiene pocas probabilidades de beneficiarse de una segunda opinión.

Cómo buscar (y obtener) una buena segunda opinión?


Cómo obtener el mejor rendimiento de una consulta de segunda opinión.

Es costosa una consulta de segunda opinión?

Es enormemente menos costosa que:

        Quien sufre una enfermedad seria, merece tener todo el apoyo que sea posible, merece una segunda opinión.

Mayo de 2000