CONVOCATORIA A LOS ESTADOS GENERALES DEL PSICOANÁLISIS
Dra. Gilou García Reinoso
Psicoanalista


        Se trata de construir un nuevo encuentro retomando el espíritu de los Estados Generales como significante histórico y por lo tanto abierto a nuevas significaciones o modos de organización.

        Como se sabe la convocatoria histórica de los E.G. - que diera lugar,en la Revolución Francesa de l789, a la Asamblea Nacional, y desde ella, al advenimiento de la forma Republicana -tuvo como base articuladora un deseo y un esfuerzo para transformar estructuras de relación y de acción, con las nuevas categorías de lo universal y democrático, es decir según el interés de todos por igual, en oposición y en ruptura con las categorías vigentes hasta entonces.

        Tomando en cuenta la situación del psicoanálisis - resistencias al psicoanálisis, y en el psicoanálisis mismo, un grupo de personas - en su mayoría psicoanalistas, convocó desde París en el año 1998, a un encuentro cuyos principios tomaran como base los principios éticos que sostiene el significante E.G., proponiendo un trabajo colectivo de interrogación al psicoanálisis, en sus múltiples aspectos: en su práctica, su teoría, sus instituciones, su transmisión, su relación con otros campos de la cultura, incluyendo el campo social. Esta propuesta originaria -y original- convocaba a todos los psicoanalistas, instituidos o no, a construir nuevos espacios donde sea posible pensar con otros, de diversas proveniencias, sin intereses corporativos o institucionales. Esto es, profundizar, ampliar, abrir a la reflexión, al cuestionamiento y al intercambio. Resistir a la repetición, abriendo las fronteras del sistema cerrado de funcionamiento, y construyendo un espacio de debate de cuestiones fundamentales del que nadie fuera dueño - o mas bien del que todos se adueñen, sean dueños- espacio disponible al mayor intercambio y libertad de pensamiento y de participación, sin tabicamientos ni jerarquías.
        La convocatoria fue amplia y transversal. La propuesta que siguió a esta primer reunión fue: que sea retomado ese espíritu de apertura, intercambio y libertad por otros grupos o lugares para seguir avanzando.

        Hubo entonces ya dos reuniones a tener en cuenta como experiencia de lo ya hecho, experiencias realizadas bajo el significante de los E.G., y los principios que ello sustenta: la de París 2000 y la de San Pablo 2001.
        Proponemos una tercer reunión en Bs. As. 2002 siguiendo una propuesta surgida en la reunión de San Pablo. Pensamos que el espíritu es recuperar y sostener los principios que impulsaron y dieron sentido a las convocatorias anteriores. Ambas fueron enriquecedoras y cada una diferente de la otra, fundamentalmente en su forma de organización.
        La propuesta actual es continuar la corta historia de los E.G., sus movimientos, tomar en cuenta sus obstáculos y sus afirmaciones, reforzando en lo posible, el carácter instituyente, creativo versus el peso de lo instituido, repetitivo.



        Analizando ambas modalidades y reconociendoles a cada una virtudes y defectos, hacemos la siguiente propuesta organizativa: Privilegiar la articulación entre ambas modalidades:



        La tarea que esto implica no es fácil y está muy lejos de los simples resúmenes. Al constituir un segundo nivel de trabajo colectivo en una espiral dialéctica, será sin duda la posibilidad de avanzar, tanto en el intercambio y cotejo de posiciones, como en la elaboración de los temas y la evaluación de su estado actual.


        Esta nueva convocatoria es una invitación a debatir sobre las cuestiones cruciales del psicoanálisis en nuestra cultura. Abriendo la práctica- privada y pública -, la teoría, y la ética, a nuevos interrogantes y, en lo que fuese necesario, a reformulaciones que tomen en cuenta - no oportunísticamente sino creativamente- las condiciones históricas en las que son producidas, con las posibilidades e imposibilidades que ello implique.
        Adentrarse, por ejemplo, en el dificil campo de las violencias extremas - concentracionarias, guerras, genocidios, crímenes de lesa humanidad, terrorismo - así como todas las formas de la violencia cotidiana- la tan actual y creciente exclusión -; trabajarlo como fenómeno de efectos de-subjetivantes y esto no exclusivamente sobre las víctimas sino sobre el imaginario social y sus consecuencias. Salir del par víctima-victimario, y pensar acerca de la falta de referentes, de la falencia de las instancias públicas que amenazan constituir la ausencia de un Tercero Garante de la posibilidad de sostener una humanidad. Todas cuestiones que interesan al psicoanálisis en tanto situaciones que amenazan al ser humano en su subjetividad. Esto implicaría un capítulo especial dedicado a estudiar las relaciones del psicoanálisis con el Derecho por ejemplo.
        Todo lo cual llevaría a volver a definir ¿qué es? en lo fundamental, el psicoanálisis.
        Recuperar cada uno, en nombre propio y desde el lugar que elija, el pensamiento crítico y la responsabilidad sobre el pensar y el hacer , alejándose de la mera aplicación de conocimientos adquiridos.
        Cuestionar obliga a no des-conocer, sino a ampliar el conocimiento -no solo el saber, sino el conocimiento en sentido psicoanalítico, no olvidando la dimensión del inconciente. No renunciar ni sacrificar lo esencial en aras de una subsistencia que sería entonces una impostura.

        Pensar por sí mismo pero en diálogo con otros: reconocer en el otro esa diferencia que permita diferir las certezas siempre riesgosas de dogmatismos.
        La convocatoria debería ser asumida por cada uno. Los grupos o las personas que se designen para las distintas funciones, propuestas en asambleas. Las formas que se propongan para la gestión deberían permitir y facilitar un modo rotativo de funcionamiento. En la práctica esto significa:




Buenos Aires, 2002