ESTADOS DELICADOS

Jorge Rodriguez
Lic. en Psicologia UBA. Ex docente Facultad de Filosofia y Letras y 
Facultad de Psicologia, UBA. Editor, especializado en ciencias 
humanas y sociales.


La vida siempre es delicada, uno, sin quererlo, de pronto, pone lo delicado en juego y muchas veces, ya es tarde...
No siempre somos delicados. 
Estar delicado, momento privilegiado para reconocer el valor de lo vivo de la vida. 
No sabemos temblar en primavera? 

Estar delicado, también, es estar enfermo. En ocasiones se lo deshumaniza, sucede que cuando confundimos su delicadeza con su enfermedad. Si es, solo un enfermo, su delicadeza sufre, le duele mas alma que la nada. 
Se trata de un dolor que precisa de otra delicadeza, algo vivo de otro. Una mano, esa mirada, ese mínimo acto. 
Palabras en las uno este presente, ni sabias ni eruditas, simplemente propias, personales. Pueden ser prestadas.
Contar un cuento, leer una poesía, hablar para decir, estar, delimitan un espacio donde se aloja la delicadeza.
Delicado, que hay tratar con cuidado, con mucho cuidado. Esa fragilidad esencial en la que otro es imprescindible. 
No se quien, supongo quien, nunca se sabe. A veces sucede. Su manera es estar en carne viva, expuesta, a punto de erupción. 

Como soportarlo? 

Los seres sencillos, tienen en sus actos, una respuesta silenciosa. En ese hacer sin ostentación. Amar en discreción, que solo hablen mis actos. 
Siempre es corporal el amor, en todas las circunstancias. Entonces, nuestro desafío: que las palabras tengan cuerpo. Ahí hacen marca, nos hacen esclavos de sus trazos. Trazos disimulados en los tumultos de la memoria, pero trazos al fin. 
Delicadeza protegida.