El mundo del revés

Escribe: Dra. Susana B. Etchegoyen


        En los últimos días nos ha tocado asistir a insólitos descubrimientos nacionales:

a-En el país hay gente que enferma de leptospirosis.

b-La gente que enferma de leptospirosis o de cualquier otra cosa y no recibe adecuada atención puede morir.

c-La gente que enfermó y murió de leptospirosis pertenece al grupo de la población ( actualmente la mayoría del país), que vive en condiciones inaceptables de abandono y de pobreza.

d-Cualquiera, incluso algunos popes del sindicalismo, y en particular cualquier improvisado devenido en periodista de nuestra televisión local, tiene autoridad para alertar a la población, introducirla en una crisis de pánico y de paso dejar bien claro que en los médicos no se puede confiar, porque Ud vió..... no están preparados para diagnosticar y tratar esta enfermedad : por ejemplo, en las últimas semanas por lo menos dos prominentes matutinos de esta capital alegaron que se debería entrenar mejor a los médicos para reconocer y tratar la enfermedad a tiempo, ya que la tasa de mortalidad en nuestro país es diez veces superior a la normal (sic).

e-Las autoridades sanitarias ignoran el asunto...¿cuál asunto?!. Todo el asunto!

        Perdón; no quiero olvidar a nuestro Intendente que no ahorró fotos en la puerta del Hospital Muñiz, luego de visitar a una nueva paciente diagnosticada.

        Tampoco es justo obviar un comentario sobre el accionar magnífico de las autoridades provinciales, primero repartieron raticida. Cuando el número de intoxicados superó al de las víctimas de leptospirosis, decidieron que era mejor repartir grandes cantidades de antibiótico, de marca y calidad desconocida en las Salas de Atención Primaria.

         Todo lo hasta aquí detallado podría evaluarse como parte del gran equívoco nacional y sonreir ( por no llorar), si no hubiera datos de la realidad que nos obligan a una reflexión más seria.

        Me formé como médica clínica en el Hospital Municipal Cosme Argerich, y fui entrenada ( corría la década del 80), para descartar leptospirosis, enfermedad de alta prevalencia en la región costera del Río de la Plata, en todo paciente con ictericia, hepatitis, o enfermedad hemorrágica.

        En numerosos casos la signosintomatología no es tan franca y es sumamente complicado establecer un diagnóstico.

        Nunca habíamos tenido una epidemia, ni tantos muertos, pues, porque nunca había tanta gente viviendo en el barro, inundada y sin asistencia médica.Pero parece que de eso no se puede hablar.

        Dar los datos aislados de pobreza, hambre, desocupación, y enfermedad es una manera muy eficaz de no decir nada.

        La gran preocupación de tanto aficionado a la sanidad no ha alcanzado para publicar los datos del informe sobre salud del Banco Mundial que nos ubica en iguales condiciones epidemiológicas que Angola.

        No escucho a los funcionarios del área explicando porqué las diez primeras causas de muerte en nuestro país están representadas por enfermedades infecciosas ( tuberculosis, diarrea estival,sarampión,neumonía, sepsis puerperal etc..) o perinatales( desnutrición, bajo peso al nacer, sepsis post parto etc.) ligadas de manera indiscutible a la desnutrición y a la pobreza, y mucho menos dar cuenta de políticas que permitan resolver esta situación.

        Quizás el gran escándalo se deba a que esta vez, la peste llegó a la ciudad donde vive gente de otra condición social y eso estaba fuera de los cálculos,... como las inundaciones.

        Lo único que puedo agregar es que tengo malas noticias:


Abril de 2001.