Comentarios sobre el  Informe Salud Mundial 2000

Documento de la Organización Mundial de la Salud,

Emitido en Octubre de 2000

 

Análisis de: Dr. Pedro M. Politi, Equipo Interdisciplinario de Oncologia.
Noviembre de 2000 
Nota: El texto completo del documento (en inglés) se halla disponible en la página Web de la O.M.S., www.who.int/whr

 

Panorama general:

El Documento titulado Informe Salud Mundial 2000, emitido por la Organización Mundial de la Salud, con el apoyo del Banco Mundial, presenta un análisis meduloso de la situación general de la salud en 191 estados miembros de esa Organización. Recoge además, los resultados de extensas recopilaciones de datos sobre mortalidad e incapacidad en el mundo, expresados como “la carga de la enfermedad”. Estos últimos resultados fueron publicados en 1999 en la revista médica The Lancet. Las conclusiones generales de este documento fueron discutidas en una mesa redonda entre Ministros de Salud, en Ginebra, en Mayo 2000.

El objetivo de este artículo es presentar una mirada crítica (del autor) sobre otra mirada crítica (la de la OMS). Si bien no se puede menos que concluir que el estado de salud actual de la humanidad exhibe marcada desigualdad, y que los gobiernos deberían garantizar el acceso a la salud para sus pueblos, también es cierto que la situación descripta en este documento de ninguna manera es nueva, ni representa una sorpresa para nadie. Lo que sorprende, en una lectura hecha con ojos de médico argentino, es la “receta” implícita en las recomendaciones: que los gobiernos intervengan decisivamente, que administren mejor los recursos, y... que pidan préstamos (parafraseando a un político, se diría: “un Banco, aquí”).

Sin embargo, si nos encogemos de hombros ante diversos indicadores (cuestionables en su validez, y euro-céntricos, sin duda), estaríamos ignorando poderosos mensajes, presentes en el lenguaje terso y diplomático del documento: 

 Vayamos al grano:

 El documento, luego de bellas definiciones y consideraciones sobre el rol de los sistemas de salud, describe funciones esenciales de los mismos:

 En primer lugar, define a los sistemas de salud como “todas las organizaciones, instituciones y recursos dedicados a producir acciones de salud”.

 

Funciones de los sistemas de salud

 Objetivos de los sistemas de salud

 Leyendo las descripciones que siguen a estas funciones y objetivos, se hallan diversas “perlas” (la traducción es del autor):

 “Las desigualdades persisten aún en países ricos, y se asocian con la clase socioeconómica”.

 “Una queja común en muchos países, respecto de los trabajadores de la salud del sector público, se refiere al mal trato a los pacientes y a la descortesía y arrogancia para con la gente”.

 “Largos tiempos de espera para cirugías no-urgentes”.

 “Prácticamente en cada pais evaluado, los pobres son tratados de modo diferente a los ricos: atención menos pronta, menos selección de prestadores, y menor calidad de elementos de confort y limpieza”.

 “Justa financiación significa que lo que cada familia debe pagar se ajusta más a su capacidad de pagar que al riesgo de enfermedad. Un sistema justo brinda protección financiera a todos”.

“Un sistema de salud en que hay familias que son empujadas a la pobreza para pagar su atención médica, o deben contentarse con no tener esta última, es injusto”.

 “Estos sistemas caracterizan a países de ingreso medio y bajo, y aún a ciertos países ricos en que no hay cobertura para toda la población”. (Nota del autor: Alguien está mirando al Norte? Y por casa, cómo andamos?)..

“Familias que tienen que pagar grandes gastos inesperados”...”O mecanismos de pago regresivos, en que los que menos tienen deben asumir una proporción mayor del gasto que los ricos”. “Los gastos de bolsillo son en general regresivos. Pero los impuestos no deberían serlo”.

 “La esencia de un servicio de salud satisfactorio es... que la pobreza no es una discapacidad” (A. Bevan).

“Las familias que consumen más del 50% de sus gastos no-alimentarios en salud corren el riesgo de empobrecerse. Según el documento, esta situación se presenta en más del 1% de las familias en Brasil, Méjico, Nicaragua, Paraguay, Perú– por Latinoamérica – y en Bulgaria, NepalRusia Vietnam y Zambia, entre otras naciones. 

 

El horizonte de “tierra arrasada”

 Es delicioso el lenguaje del documento, a la hora de imaginar un escenario extremo, para poner a prueba la validez de algunos indicadores y suposiciones básicas subyacentes a ellos:

 “Si no hubiese sistemas de salud, aún la gente nacería, viviría y moriría. La expectativa de vida no sería cero, aunque sería mucho peor”.

 

“Entrega de premios”

 Los mejores indicadores en América Latina: Chile, Colombia y Cuba.   Japón supera a EEUU.

Treinta de los países en el fondo de la tabla – para utilizar la analogía futbolera - son africanos.

Claro que los estándares con que se los mide han sido desarrollados en confortables oficinas en el autodenominado Primer Mundo...

 

Boletín de calificaciones

En base a una serie de indicadores, que incluye un orden o “ranking” de las 191 naciones ( el númro 1 es la de mejor puntaje, la 191 es la peor), se confeccionaron numerosas tablas y gráficos. En una visión –necesariamente sobresimplificada – transcribo parcialmente los resultados de nivel general de desempeño del sistema (una combinación de índices) y nivel de gasto per capita en salud, para algunos países miembros de la OMS. Las cifras corresponden a 1990.

 De nuevo, es importante recordar que ésta es una selección de indicadores, una de tantas tablas de un extenso documento.

 Orden de desempeño (1: el mejor; 191: el peor) respecto de indicadores

País   Gasto per capita    Nivel de salud   

Argentina      

34 75
Australia         6 9

Bangladesh 

144  88

Bolivia          

101 126

Brasil   

54 125

Burundi         

186 143
Canadá  10 30

Chile    

44 33

Colombia

49  22

Cuba

118 39

Francia  

4 1

Alemania   

3 25

Italia

11 2

México

55 61
Mozambique 160 184

España

24 7

Suecia

7 23

Estados Unidos      

1 37
Uruguay 33 65

 

En otras palabras:

 Los números hablan por sí solos: si el nivel de salud está representado por un número de dos dígitos, hay mejor que eso. Si son tres dígitos, la cosa va muy mal.

 Estados Unidos lidera en lo referente a gasto per capita en salud, y sin embargo, sólo obtiene la 37ª posición en el nivel general de salud, reflejando disparidades en la accesibilidad y cobertura de su población, entre otros factores.

 Francia obtiene el puntaje más alto en lo referente a nivel de salud, con el cuarto gasto del grupo de países analizados. Un muy bien diez felicitado, se diría en una escuela primaria argentina. En el otro extremo, Sierra Leona.

Resulta muy llamativa la situación de Cuba, con un orden bajo en lo referente al gasto per capita, pero un rendimiento alto en nivel general de salud.  España también ostenta una posición destacada en el nivel general de salud, que supera su posición en el orden del gasto per capita.

 El grupo latinoamericano es liderado –en lo que a nivel de salud respecta, por Cuba, Colombia y Chile.

 La Argentina y el Uruguay tienen un orden muy similar por gasto per capita, pero el nivel general de salud computado para el Uruguay es sustancialmente superior al argentino. De todos modos, en ambos casos, la disparidad entre gasto y nivel de salud apunta a sugerir problemas en obtener el mejor rendimiento de ese gasto.

 El gasto de México figura varios puestos por debajo del gasto argentino, pero los resultados son mejores. 

 

Salud: Asignatura pendiente

 El documento de la OMS declara, sin vueltas, que “ las vidas de la gente están en manos de los sistemas de salud. Desde un parto normal hasta el cuidado con dignidad de un paciente frágil o anciano, los sistemas de salud tienen una responsabilidad vital y continua de proteger a lo largo de la vida”.

 Si es cierto que tales sistemas son “cruciales para el desarrollo de individuos, familias y sociedades”, hay una verdadera asignatura pendiente en muchos países.

 

Leemos:

 “Este reporte sostiene que los diferentes grados de eficiencia con que los sistemas de salud se organizan y financian, y reaccionan a las necesidades de su población, explican mucho de la creciente brecha en tasas de mortalidad entre ricos y pobres, dentro de un país, entre países y en el mundo. Aún entre países con similares niveles de ingreso, hay variaciones inaceptablemente grandes en los resultados de salud”.

 “Persisten las desigualdades en expectativa de vida, y que se asocian fuertemente con la clase socioeconómica, aun en países que tienen muy buena salud en promedio. Aún más, la brecha entre ricos y pobres se agranda cuando la expectativa de vida se divide en años de buena salud y de incapacidad”  (negrita, provista por el autor).

“En efecto, los pobres no sólo tienen vidas más cortas, sino que la mayor parte de ellas es dominada por la discapacidad”.

 “En resumen, el funcionamiento de los sistemas de salud, que emplean unos 35 millones de personas en todo el mundo, marca una profunda diferencia sobre la calidad y el valor, y la longitud de la expectativa de vida de miles de millones de personas”.

 

“Ginebra, los escuchamos fuerte y claro”

 Sin duda, el mensaje es suficientemente fuerte: el mundo es – al menos, a los fines de la salud – lo que sus habitantes deseamos y permitimos que sea.

 Habría intervenciones relativamente simples, que mejorarían la calidad de vida de muchos. Este planeta no puede esperar más...

 “Si no nosotros, quién? Si no ahora, cuándo?”.

 (Continuará en una Segunda Parte)


[1] N del T: a lo largo de todo este documento,  se ha empleado la traducciónliteral “receptor hormonal”. Sin embargo, el término “recpetor hormonal – estrogénico” sería la mejor traducción, en el contexto en que se utiliza, y el sentido clínico y biológico

[2] N del T : “overwiew analysis”, publicado en la revista Lancet

[3] N del T: FAC y FEC son las siglas empleadas comúnmente en la Argentina, en vez de CAF y CEF, respectivamente.

 [4] N del T: distress: sufrimiento, desadaptación, tensión, stress.

[5] Anticuerpo monoclonal dirigido contra el oncogen HER-2/neu

[6] N del T: este ítem no fue incluido en la discusión. Ver arriba, en los párrafos en que se discute la pregunta 1.

[7] Tecnologías en que se embebe un soporte con micro-cantidades de reactivos biológicos o biomoleculares, de modo de establecer el patrón de expresión de una variedad de genes, en una minúscula cantidad de tejido. La expresión “array” se refiere al entramado o cuadrícula en que se disponen los reactivos.