Inmunoterapia del cáncer de próstata hormono-refractario

con una vacuna basada en células dendríticas.

Comentador: Dr. Pedro M. Politi, Equipo Interdisciplinario de Oncologia.

Un estudio preliminar (fase I-II) realizado por el equipo de la Universidad de California, San Francisco, mostró que una vacuna consistente en células dendríticas autólogas – expuestas ex vivo a una proteína recombinante de fusión entre la fosfatasa ácida prostática y el factor estimulante de colonias granulocito-macrófago – puede obtener respuestas en pacientes con cáncer de próstata hormono-refractario. Un pequeño paso para esta vacuna en particular, pero un gran salto para el concepto de la inmunoterapia de tumores sólidos del adulto.

El cáncer de próstata es, en su presentación clínica, una neoplasia generalmente sensible a la deprivación androgénica. Más del 80% de los pacientes responden a esta forma de hormonoterapia. Sin embargo, luego de un intervalo variable (frecuentemente, varios años), la evolución hacia la forma hormono-refractaria (CPHR) es muy frecuente. Las opciones terapéuticas para esta última condición son limitadas, y hasta el momento, no ha surgido un tratamiento uniformemente  eficaz, o que prolongue la sobrevida en esta etapa.

El siguiente es un comentario sobre un ensayo de fase I-II publicado por Small y colaboradores (1) el 1/12/2000 en Journal of Clinical Oncology. Este grupo de investigadores del Centro de Cáncer de la Universidad de California, San Francisco (UCSF) y de la empresa de biotecnología Dendreon Corp (Seattle), evaluó una nueva vacuna antineoplásica constituida por células dendríticas de cada paciente- separadas y purificadas luego de leucoféresis – expuestas ex vivo a un antígeno experimental recombinante: una proteína de fusión entre la fosfatasa ácida prostática (FAP) y el factor estimulante de colonias de granulocito-macrófago (GM-CSF). Se denominó Provenge al producto inmunoterápico así obtenido.

Estudios preclínicos en ratas mostraron que las células dendríticas “pulsadas” con la proteína de fusión inducían robustas respuestas de inmunidad celular in vivo en tejidos normales y tumores que expresan la FAP, así como retraso en el desarrollo de tumor y mejoría de la sobrevida. En contraste, células dendríticas expuestas previamente a FAP solamente generaron una  débil respuesta inmune – indicando que el GM-CSF            tendría un rol importante. La inyección de solamente la proteína de fusión, o bien la FAP más adyuvante de Freund generaban respuestas de anticuerpos, pero no de inmunidad celular a FAP.

Se incluyó un total de 31 pacientes con diagnóstico de CPHR, documentado histológicamente, más la evidencia de progresión clínica bajo tratamiento hormonal asociado con una testosterona sérica apropiadamente suprimida (< 50 ng/ml), y progresión del PSA (incluyendo el retiro de antiandrógenos, si correspondiese). Los pacientes cumplían los requisitos usuales para este tipo de ensayos clínicos (buen estado general, valores de laboratorio aceptables, libres de infección por HIV, hepatitis B y C). Se aceptó la inclusión de pacientes previamente tratados con quimioterapia, agentes experimentales, hormonas, o hierbas, siempre y cuando estas terapias hubiesen sido discontinuadas al menos un mes antes de iniciar el ensayo, y el paciente se hubiese recuperado adecuadamente. Se permitió incluir pacientes con radioterapia previa (completada al menos un mes antes del ingreso al protocolo) y expuestos a radiofármacos (al menos 2 meses antes). No se permitió la incorporación de pacientes que requirieran el uso sistémico de glucocorticoides. Todos los pacientes brindaron su consentimiento por escrito.

En la fase I del ensayo, se incluyó un total de 12 pacientes, quienes recibieron una dosis fija de Provenge (en términos del número de células dendríticas infundidas). Los pacientes fueron distribuidos en 4 grupos (cohortes) de 3, y recibieron un número predefinido de células dendríticas: 0.2;  0.6; 1.2 y 2.0 x 109 respectivamente, a la semanas 0, 4 y 8 del protocolo. La edad mediana de estos pacientes era de 69 años, y su performance status mediano, de 0 (asintomático). El PSA mediano pre-tratamiento era de 209 ng/ml. Todos habían sido pesadamente pretratados.

Se efectuó leucoféresis, se separó y purificó la fracción correspondiente a las células dendríticas, consideradas como las CD-54 positivas, se las hizo madurar en cultivo, y se efectuó la exposición a la proteína de fusión ex vivo, reinfundiendo las células ya “pulsadas” en los momentos prescriptos.

Los detalles técnicos de la preparación de Provenge y los tests inmunológicos efectuados pueden consultarse en el trabajo original (1).

Una vez definida la seguridad de esta terapia, se infundió la totalidad de las células dendríticas obtenible de cada paciente, en el segmento de fase II de este estudio, en otros 19 pacientes.

Los pacientes toleraron bien el tratamiento. El evento adverso más frecuente fue la aparición de fiebre en las primeras 2 horas, en casi 15% de las infusiones.Solamente dos reacciones febriles fueron consideradas serias (grado 3, según criterios del Instituto Nacional del Cáncer de los EEUU). El resto fueron leves. Se registraron mialgias leves en dos pacientes, por uno o dos días, y leve fatiga en un paciente. Cinco pacientes experimentaron síntomas urinarios leves, tales como disuria, incontinencia, urgencia miccional y nocturia. No se observó toxicidad hematológica, hepática o renal.

Las leucoféresis fueron bien toleradas.

Tres pacientes tuvieron una disminución > 50% en el PSA sérico, y otros tres lo redujeron en 25-49%. No se observó mejoría en centellogramas o en masas en tejidos blandos.

El tiempo mediano de progresión de enfermedad para los pacientes de la fase I fue de 12 semanas, en tanto que fue de 29 semanas en la fase II.  Siete de los 19 pacientes de la fase II no mostraron progresión al año de seguimiento.

Analizado desde otro ángulo, el tiempo hasta la progresión fue de 34 semanas para los pacientes que sí desarrollaron una respuesta inmune a la vacuna ( n = 20), comparado con 13 semanas para los 11 pacientes que no lo hicieron.

Adicionalmente, el tiempo mediano hasta la progresión fue mayor (31.7 semanas) para los pacientes que habían recibido más de 100 millones de células dendríticas por infusión, comparado con 12.1 semanas para los que recibieron menos. Este punto sugiere una relación dosis-respuesta.

 

El artículo en su perspectiva

·        Se trata de uno de los primeros trabajos en que una manipulación inmunológica demuestra efectos terapéuticos en cáncer de próstata hormono-refractario.
·        Aparentemente, es necesaria la combinación de los diferentes componentes para obtener resultados (células dendríticas autólogas, y proteína de fusión PAP/GM-CSF): ninguno de ellos por separado es útil en modelos preclínicos. Este punto es importante, ya que pone en el tapete que a la hora de lograr la diferencia terapéuticamente importante, “el diablo está en los detalles”.
·        Otro ingrediente interesante es la aparente relación dosis-respuesta (según el número de células dendríticas infundidas), si bien es posible que con métodos eventualmente más rendidores, pudiese alcanzarse un número mayor de células.
·        En este mismo sentido, queda por explorar la posibilidad de un número mayor de infusiones (en el presente ensayo, solamente se efectuaron tres por paciente).
·        Se detectó una moderada heterogeneidad en el fenotipo de las células dendríticas seleccionadas, indicando que hay un cierto margen para incrementar la selectividad del procedimiento.
·        La calidad de las respuestas puede ser mejorada, sin duda: solamente se observó disminución del PSA, sin reducción de masas en tejidos blandos, ni modificación del centellograma.
·        No queda claro en qué medida la radioterapia previa podría influir sobre el rendimiento de la recolección de células dendríticas, y sobre la eficacia general del procedimiento.
·        El tratamiento es probablemente costoso, si bien se realiza en forma ambulatoria.
·        Este procedimiento terapéutico es aún experimental. Sólo debe ser empleado en el marco de ensayos clínicos rigurosamente diseñados y monitoreados.

 Una cosa es segura, sin embargo: es hora que los profesionales de la salud vayamos aprendiendo la jerga y los conceptos inmunológicos. Una realidad diferente golpea a las puertas. Artículos como éste muestran que nos hallamos ante “el fin del comienzo” – la etapa del balbuceo va quedando atrás para la inmunoterapia del cáncer. No por ello debemos perder de vista que éstas son etapas precoces, y que lo mejor está aún por venir. Pero es razonable mantener una esperanza de nuevos enfoques terapéuticos, de progreso tecnológico real.

 

Es necesario un gran número de investigaciones adicionales para

·        Identificar otras vacunas activas
·        Seleccionar las dosis y esquemas óptimos
·        Comparar las mejores terapias inmunológicas con los tratamientos estándar.

 

Se ha iniciado un camino. En buena hora.

 

Dr. Pedro M. Politi

Diciembre de 2000

Referencias bibliográficas

1. Small EJ, Fratesi P, Reese DM et al. Immunotherapy of hormone-refractory prostate cancer with antigen-loaded dendritic cells. J Clin Oncol 2000; 18: 3894-3903.