BURN-OUT: EL SINDROME DE LA CANALLADA
Lic. Diana Braceras


        Propongo un análisis del tan mentado Síndrome de Burn-out, a la luz de los conceptos de Demanda y Transferencia, sacándolo del contexto de la "ingenuidad comprensiva" que lo liga al desgaste personal del afectado, a la fatiga, a la necesidad de reponer fuerzas para retornar al rendimiento eficaz de la labor profesional, afecto mediante.

        Con audacia, nos advierte la sabiduría popular de un tango lunfa(1):

" Yo no manyo francamente lo que es ser la partenaire
aunque digan que soy bruto y atrasado...¡Qué querés!
No debe ser nada bueno ...si en vez de batirlo en criollo te lo baten en francés."


"DOLOR"
Ilustra: Guillermo Poggioli
        También esa alma tanguera que fue Sigmund Freud, advertía desde el comienzo de su descubrimiento del los mecanismos del Inconciente(2), que el uso de terminología, derivada de una nomenclatura específica - por ejemplo científica- o de otro idioma, significaba un reaseguro para que no entre en la capacidad de la conciencia analizar el contenido de tal palabra: señal que se asocia a algo inaceptable o muy doloroso.
        En general lo inaceptable, no deja de doler si deviene de situaciones con compromiso afectivo.

        La conciencia, parece que se comportara a lo Malinche(3), no sospecha de la intención si la porta un extranjero, confiando más en el respeto de un saber dominante que en la evidencia del sufrimiento que acalla.
        La inclusión en nuestro lenguaje profesional de un "paquete" envuelto para regalo en un insospechable tecnicismo, resulta un eficaz encubridor del contenido netamente ideológico. Entendiendo como tal, la finalidad de defender una posición de poder, ajena a los objetivos explícitos de la práctica, en este caso la buena praxis de los equipos de salud. ("Cuestiones éticas: ¿Qué hacer?").

        Se trata justamente de implementar la defensa de un modelo de funcionamiento cuando presenta sus puntos de quiebre, que ameritarían decisiones de cambio. En lugar del despliegue del conflicto y la exposición de los puntos de antagonismo, el "Burn-out" funciona como diagnóstico tapón, cumpliendo con los siguientes objetivos:

  1. Aislar los efectos indeseables de un sistema funcional a intereses ajenos a la buena práctica profesional, en una persona.

  2. Condensar el malestar en características o estados individuales sacándolo del contexto del comportamiento colectivo.

  3. Desplazar la causalidad del ámbito de las condiciones de trabajo a la problemática personal.

  4. Derivar la discusión interna del equipo, a una recomendación terapéutica individual, re-adaptativa al modelo en cuestión.

  5. Reprimir el acercamiento a una problemática común, gracias a la amenaza latente de exclusión presentificada en la salida temporal del trabajo o su acortamiento por "stress".

  6. Anular el "contagio" cuestionador de otros en posición de pares, alentando la "compasión" por el caído en desgracia y el miedo a la pérdida del trabajo. (Mecanismo muy eficaz en estos tiempos de ajuste neoliberal).

  7. Reforzar las identificaciones horizontales (entre pares) y verticales (con las autoridades o jefes), a través de dispositivos de reunión neutros al conflicto pero socialmente estimulantes. (Ej. Interesantes invitaciones a personas ajenas al Servicio o a la Institución; festejo de eventos personales o grupales; propuesta de alguna iniciativa nueva que se concretará o no pero cumplirá el efecto de reinstalar la conveniencia de pertenecer al grupo; elaboración de material para participación pública en congresos, jornadas etc.; ofrecimientos de capacitación en algún aspecto profesional que no se relacione con la problemática o que ofrezca una versión "oficial" inofensiva a la cual adherir masivamente, por ejemplo un workshop sobre Burn-out.

  8. Generalizar un estado de "optimismo" a partir de aceptar la "crisis como una oportunidad de crecimiento para todos", en base a suponer uniformidad en los objetivos de todos y eliminar las diferencias, que pasan a ser consideradas insignificantes, sin necesidad de exponerlas y discutirlas.

  9. Mantener una relación de ambivalencia con el "chivo expiatorio" del síndrome: de la humanitaria comprensión de su situación personal de stress, puede pasarse sin solución de continuidad a considerarlo el "enemigo" interno, sin cuya presencia todo andaría bien.

  10. Idealizar el modelo recientemente en crisis, suturando las fallas según la imagen de completud y armonía que será sostenida por los miembros hasta el próximo "síndrome".

        Sintetiza estos ítems el concepto freudiano relativo al comportamiento de las "masas artificiales", teorizado sobre la base del comportamiento en el ejército y en la iglesia(4); categorías de suma utilidad para el análisis de pequeños grupos y equipos de trabajo.

        También desde una lectura de la Economía Política, puede ubicarse el tema en relación a nuevas categorías tal como el de sociedad-fábrica(5), que clarifica el pasaje del obrero-masa al obrero-social en el marco histórico de una progresiva abstracción del trabajo (trabajo inmaterial), la posibilidad de procesos de Autovaloración del mismo y la necesidad de control y disciplinamiento del poder tradicional para mantener el dominio de una forma de producción determinada por intereses extranjeros a la ética profesional del campo donde se aplica. En nuestro caso la Medicina bajo el patrón del rendimiento económico de la producción de una mercancía muy especial: la Salud.

        Así como hay palabras destinadas a conservar un orden establecido, mistificando su origen, hay otras que se van creando respondiendo a tesis elaboradas en distintos momentos históricos, para explicar la realidad y acelerar el cambio social.

        Sin embargo, es intemporal el paradigma ético que sustenta la buena praxis:

        Hacia fines de la Primera Guerra Mundial, sostenía S. Freud en un peritaje judicial, al ser consultado respecto del uso terapéutico del "electroshock", por parte de los psiquiatras que servían en las fuerzas armadas:

        "Ahora bien, de antemano este procedimiento terapéutico llevaba un estigma. No apuntaba a restablecer al enfermo, o no aportaba a esto en primer lugar, sino sobretodo a restablecer su aptitud militar. Es que la medicina se encontró esta vez al servicio de propósitos ajenos a su esencia. El médico mismo era un funcionario de la guerra." (6)

        Cuando nuestro entendimiento se nubla en categorías difíciles de asir, más por el compromiso afectivo al que están ligadas - por ejemplo a los sentimientos que nos ligan a las personas con las que trabajamos - que por su complejidad teórica...hay un recurso simple y accesible para ponernos en la senda de las verdades más sencillas que nos ocultamos a nosotros mismos: el diccionario de la lengua o de las lenguas en que fundamos nuestro pensamiento.

        Si el "Burn-out" es traducido como el Síndrome del quemado, recurriendo a nuestra propia lengua, nos sorprenderemos con la coherencia lógica de la etimología y el azar, que como siempre, es la manera en que se presenta lo real.(7)

        Turrar: Tostar o asar en las brasas.

        Turro, rra: adj. Argentinismo. Sinverguenza.

        Turrón: m. Masa hecha de almendras o nueces, tostadas, mezcladas con miel y azúcar.

        Turulato, ta: adj. Alelado, estupefacto.

        Turrullo: m. Cuerno que usan los pastores para llamar y reunir al ganado.(8)

        Tusígeno: que origina tos.


        Podríamos asegurar, que de todas estas acepciones, algo hay... cuando se 'compra' el paquete del Burn-out, ...desde la canallada encubierta de una turrada, al empalago de la masa y el movimiento expulsivo de la tos. Sin mencionar los estudios del doctor y filósofo Turró, Ramón, que vienen claramente al caso.


Buenos Aires, octubre de 2002.



  1. Audacia. Tango (1925). Letra de Celedonio Flores, música de Hugo La Rocca.

  2. Sigmund Freud, "La Interpretación de los sueños" (1900), en Obras Completas, Biblioteca Nueva, Madrid, 1973. Tomo I, pág. 343 a 720.

  3. La Maldición de Malinche, leyenda popular Mexicana que refiere según las crónicas indígenas de la Conquista, la facilitación de la invasión y derrota del pueblo Maya gracias al manejo de la lengua del invasor y la entrega de su propio pueblo. Se personifica esta función en una mujer: la Malinche, de origen Nahuátl, manceba del conquistador Hernán Cortéz quien contó con sus buenos oficios de intérprete para encubrir la estrategia colonizadora.

  4. Sigmund Freud, "Psicología de las masas y Análisis del 'Yo'" (1923), en Obras Completas, Biblioteca Nueva, Madrid, 1973. Tomo III. Págs. 2563 a 2610.

  5. Toni Negri, Dominio y Sabotaje. Trad. J.S. Grau. Barcelona. 1979.

  6. Sigmund Freud, "Aplicación de la electroterapia en traumatizados de guerra", en Obras Completas, Amorrortu. Tomo XVI Pág. 212.

  7. Diccionario Enciclopédico Océano Uno Color, Océano Editorial, Barcelona, 1998. Pág. 1631.

  8. Ver para más datos: "Medicina a la Moda o El Síndrome de la Manada" en Comentarios Bibliográficos de esta misma página web.