LA VOZ DEL CAMBIO:
DE LAS CACEROLAS A LAS ASAMBLEAS, DE LOS GOLPES A LA PALABRA

Lic. Diana Braceras


        El actual estado de situación deliberativo que desde nuestro país sorprende al mundo, y cuya consecuencia es imprevisible; puede que esté instituyendo una novedad en el lazo social y en la subjetividad al abrigo de prácticas específicas: piquetes, cacerolazos, llaverazos, asambleas barriales.
        Lo que ha llegado a los barrios con el nuevo milenio, tiene en el seno de las diversas áreas profesionales su semillero reciente y en la historia de los pueblos, sus resultados contundentes.
        Nuestro equipo viene desarrollando, propiciando y difundiendo la imperiosa necesidad de debatir críticamente los rumbos de las prácticas actuales desvirtuadas por el avance del discurso neoliberal economicista. La medicina, como el psicoanálisis y otras disciplinas que enfocan específicamente el estudio de lo humano y sus condiciones de vida, son campos éticos, donde el enquilosamiento de posiciones tolerantes con el ejercicio del poder instituido, no resisten el silencio sin que signifique al mismo tiempo la traición de sus propias bases y fundamentos.
        Pero no se trata de una iniciativa aislada. La convocatoria que en su momento concretamos a través del Manifiesto y otros textos elaborados durante el año 2001, está enraizada en una lectura política de la situación actual de la Oncología, en el contexto global de las prácticas profesionales en nuestro medio. La globalización nos iguala en muchos sentidos a procesos similares en otros países del mundo occidental, enrolados en una 'tendencia' de época que disimula su raigambre definidamente ideológica. A través de las diversas prácticas profesionales, se verá que las encrucijadas, correctamente sometidas a un análisis crítico, tienen una urdiembre común a los efectos del discurso dominante.
        Asimismo, esta ventana al mundo por la que asoma en estos días la iniciativa y la resistencia de gran parte de la población de nuestro país al modelo de expropiación y exclusión capitalista con el que se somete a la mayoría de los países del planeta; descubre la uniformidad de las problemáticas y procedimientos, tanto de dominación, como de respuesta posible. El protagonismo colectivo, la profundización de los diagnósticos y la multiplicidad de las propuestas desde las diversas situaciones, componen el intento de una 'cura' difícil, una rectificación de las economías en el sentido de la vida y la dignidad humanas y no una pasiva aceptación de paliativos para anestesiar un estado 'terminal' declarado por los mismos interesados en deshacerse de los despojos de sus víctimas.
        La crisis que describimos en el campo de la medicina, implica una particularidad pero no es original ni exclusiva de nuestro ámbito profesional. Es por eso que nuestros enunciados adquieren cada día renovada actualidad a la luz del acontecer nacional. En todo caso, la realidad cotidiana de lo que estamos atravesando como país, confirma la justeza de nuestro análisis y la validez de nuestras propuestas (Ver Manifiesto y textos incluidos en Situación de la Oncología).

        Un ejemplo de la extensión de la situación crítica en otras disciplinas y la necesidad de esforzarse por dar respuestas colectivas al estado actual, lo constituye el debate en el seno del movimiento psicoanalítico, a través de diversos agrupamientos institucionales o no.
        Invitamos a la psicoanalista Gilou García Reinoso, a compartir con nosotros su propuesta de trabajo presentada en el marco de lo que se ha dado en llamar "Los Estados Generales del Psicoanálisis". La riqueza de este artículo, más allá del ámbito propio al que se refiere, es decir el campo de la práctica, la teoría y la transmisión del psicoanálisis, radica, en verificar cuestiones comunes que harían a la revitalización, en este caso del psicoanálisis y sus relaciones con los campos del Derecho, las Ciencias Sociales, Médicas, etc., pues no se trata de otra cosa que de la puesta en cuestión permanente de nuestras propias prácticas y el sostenimiento del deseo involucrado en el ejercicio ético de una profesión. (Ver Convocatoria a los Estados Generales del Psicoanálisis).
        Tanto para los estados, como para los grupos humanos y para cada uno en su singularidad, el desafío es aparecer, discernir, reflexionar y pensar con otros las decisiones a tomar para proteger lo que no estamos dispuestos a ceder y nos diferencia de las hordas domesticadas o las manadas embrutecidas (Referencia al "Síndrome de la manada"). La posesión de un título, una trayectoria profesional o un cargo institucional, no garantiza que se esté a salvo de la banalización y la inconsecuencia de la palabra, tan bastardeada y traicionada en instancias políticas como en otras de la vida comunitaria y aún personal. Como en el estado de enfermedad, se necesita la presencia del paciente para el diagnóstico y el tratamiento, la cura no admite representantes de convidados de piedra. Poner el cuerpo, hacer ruido, marcar el descontento e interrumpir el acostumbrado circuito de la cotidianeidad es una respuesta a lo inaceptable, una intención de cambio.
        La convocatoria a discutir y proponer desde el lugar de cada uno las rectificaciones necesarias a las prácticas que tallan nuestras vidas, como ciudadanos, como profesionales o como vecinos, equivale a hacernos responsables de poner nuestra casa en orden y no dormir tranquilos confiando en que otros lo harán por nosotros. Nuestros colegas, como nuestros vecinos, deben participar del ruido y de las nueces. Evidentemente muchos están dándose cuenta que el silencio no siempre es salud, especialmente nos toca justamente a los argentinos, de una vez por todas hacernos cargo de lo que cantamos por varias generaciones: Oíd mortales!!!

        El desafío sin embargo no implica sólo resistir con el ruido, también la palabra tiene que estallar en proyectos, en alternativas, en jerarquizaciones nuevas, en distribuciones de funciones, de poder y responsabilidades tales, que delimiten posibilidades futuras de vida.
        Como en el caso singular del desencadenamiento de una grave enfermedad que pone en peligro la supervivencia de una persona:
        Registrar el golpe es el comienzo, el cuerpo se impondrá con su particular cacerolazo de reclamo intempestivo; pero si en verdad se trata de un cambio profundo y necesario en el que se juega la vida, es la palabra la que tendrá que poner en su lugar los tantos. No bastan ni los gritos por más sagrados que se quieran, ni aunque que se los ponga en el cielo. Es la ley de la palabra y la palabra de la Ley, la que ha de legimitizar el nuevo orden para vivir humanamente, después de todo, es lo único que nos diferencia de las otras especies.


Diana Braceras, enero 2002.